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Se avecina una guerra mundial por el agua

Mientras río arriba se construyen más represas, río abajo se mueren de sed

Enfrentados a una sequía de tres años, los niveles sin precedentes de construcción de represas y extracción de agua, cambian el statu quo. Países que contienen grandes ríos, están dejando a los países río abajo cada vez más sedientos, lo que aumenta el riesgo de una guerra por el vital líquido.

En todo el mundo, las historias sobre conflictos por el agua, se están volviendo demasiado comunes. Hasta una cuarta parte de la población mundial se enfrenta ahora a una grave escasez, en al menos un mes al año.

Esta es una de las razones, por las que tantas personas son forzadas a buscar una vida más segura en otros países. «Si no hay agua, la gente comenzará a moverse», señala Kitty Van Der Heijden, experta en hidropolítica. Hay una guerra en ciernes en muchos países.

La escasez de agua afecta aproximadamente al 40% de la población mundial. Por lo que, según las predicciones de las Naciones Unidas y el banco mundial, la sequía extendida, podría poner en guerra, hasta 700 millones de personas en riesgo de desplazamiento para 2030.

La Guerra por el Agua.
Parece poco probable que los países encuentren un acuerdo en la administración del agua para evitar una escalada y llegar a una guerra, pero eso es lo que hay en el horizonte.

A medida que crece la demanda, lo hace la escala de los conflictos, por lo que una guerra es inminente

Personas como van der Heijden están preocupadas por lo que eso podría conducir, «Si no hay agua, los políticos van a tratar de poner sus manos en ella y sería el germen de una guerra por el agua», afirma.

En el transcurso del siglo 20, el uso mundial del agua creció a más del doble de la tasa de aumento de la población. Hoy en día, esta disonancia está llevando a muchas ciudades a racionar el agua.

Las crisis del agua se clasifican entre las cinco primeras de la lista global de riesgos por impacto del foro económico mundial. Y señalan al menos dos conflictos cercanos a una guerra, casi todos los años desde 2012.

En 2017, las graves sequías contribuyeron a la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Donde, unos 20 millones de personas en Centroamérica, África y Oriente Medio se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a la escasez de alimentos. Razón por la cual, estallaron varios conflictos, Aunque no una guerra.

Peter Gleick, director del Pacific Institute, con sede en Oakland, transitó las últimas tres décadas estudiando el vínculo entre la escasez de agua, la guerra y la migración y afirma que el conflicto del agua, no sólo está en aumento, sino que se agrava.

«Con muy raras excepciones, nadie muere de sed literalmente», explica. «Pero cada vez más personas mueren por agua contaminada o conflictos por el acceso al agua».

La Guerra por el Agua.
A medida que el cambio climático y el crecimiento de las poblaciones humanas continúen agravando el problema de las sequías en todo el mundo.

Combina sequía, malas cosechas, densidad de población, corrupción e inundaciones y tendrás un conflicto

Gleick y su equipo están detrás de la “Cronología del Conflicto del Agua: un registro de 925 conflictos del agua, grandes y pequeños”. Este estudio, se remontan a los días del rey babilónico Hammurabi.

No es, en modo alguno, exhaustivo y los conflictos enumerados varían desde una guerra en toda regla, hasta disputas entre vecinos. Pero lo que revelan es que la relación entre el agua y el conflicto es compleja.

«Clasificamos los conflictos por el agua en tres grupos», señala Gleick. «Como desencadenante de conflictos, donde la violencia se asocia con disputas sobre el acceso y el control del agua; como «arma» de conflicto, cuando el agua o los sistemas se utilizan como armas en los conflictos, incluso para el uso de represas para retener agua o inundar comunidades aguas abajo”.

“Y como víctimas u objetivos de conflictos, donde los recursos hídricos o las plantas de tratamiento o tuberías son blanco de ataques durante los conflictos», llegado a este punto, se refiere a estos como una guerra por el agua.

«Las últimas investigaciones sobre el tema muestran que la violencia relacionada con el agua aumenta con el tiempo», indica Charles Iceland, director global de agua en el instituto de recursos mundiales. «El crecimiento de la población y el desarrollo económico están impulsando la creciente demanda de agua en todo el mundo.

Mientras tanto, el cambio climático está disminuyendo el suministro de agua y/o haciendo que las precipitaciones sean cada vez más erráticas en muchos lugares.

A medida que los niveles de agua detrás de una presa, el flujo se reduce a la mitad. Y a miles de kilómetros de distancia, los vecinos verán cómo la calidad de sus aguas se deterioraba. Por lo que, con el tiempo, se arruinarán las cosechas y a la gente.

Fuente
HRWReutersWRIWaterPeaceSecurity

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