Estados Unidos perdió una gran oportunidad de aumentar los lazos con América Latina en medio de la pandemia
La pandemia Covid-19 ha afectado el equilibrio de poder en América Latina y Estados Unidos ha perdido otra oportunidad para mejorar su imagen, dominio e influencia en una región que Washington ha considerado durante mucho tiempo como su patio trasero. El 4 de agosto, científicos políticos y académicos latinoamericanos y rusos celebraron una videoconferencia titulada «Estados Unidos, América Latina, Rusia: una Agenda para la Cooperación Constructiva en la Era Post-Covid-19».
Organizado por la embajada de la federación de Rusia en la república de Guatemala conjuntamente con la cámara de comercio americana «AmCham», el parlamento centroamericano, Parlacen, la conferencia de las naciones unidas sobre comercio y desarrollo, UNCTAD, coordinación regional de investigaciones económicas y sociales, el CRIES de Argentina y otros organismos internacionales y regionales.
Los participantes en la conferencia discutieron cómo la pandemia ha impactado los procesos políticos y económicos y de dominio que ya estaban en marcha en la región, los posibles escenarios para el desarrollo en el mundo post Covid, la competencia estratégica de Estados Unidos y China en desarrollo en el continente latinoamericano y el papel de Rusia en la región.
«La pandemia ha continuado el proceso de deterioro de las relaciones y el dominio de Estados Unidos sobre América Latina, y la imagen de Estados Unidos en la región. Norteamérica ha perdido otra gran oportunidad para mejorar las relaciones con América Latina, tanto simbólica como materialmente», afirma Juan Martín González Cabañas, analista geopolítico argentino del Dossier Geopolítico y asesor parlamentario de la provincia de Corrientes, quien participó en el evento del 4 de agosto como observador.
China y Rusia aumentaron su ayuda, apoyo y lazos comerciales con América Latina, mientras EE.UU. pierde dominio
El analista destaca el hecho de que la situación de emergencia desencadenada por la pandemia de coronavirus no impidió que Washington siguiera asfixiando a las economías regionales de Cuba y Venezuela a través del bloqueo económico. No han dado más ayuda extranjera a la región, ni para ayudar a los países en el sector de la salud ni para impulsar ningún otro tipo de colaboración y eso le ha hecho perder su dominio en la región.
A diferencia de Estados Unidos, China y Rusia han extendido una mano amiga al continente que aumentó aún más sus lazos con los estados latinoamericanos. Aunque la pandemia no ha modificado demasiado la relación entre China y América Latina, la república popular ya ha desempeñado un papel de dominio a través de su diplomacia económica y sus inversiones, la tendencia a aumentar la influencia económica china parece estar fortaleciéndose, según el analista geopolítico.
«Aunque existe una buena armonía actual con ciertos países como México, Chile, Argentina y Venezuela, estos vínculos se han basado en dinámicas en las que los norteamericanos ‘tienen la ventaja y el dominio’, es decir, en concesiones de esos países, que en un verdadero intercambio lateral entre socios», subraya el analista.
Rusia gana dominio con programas de asistencia e intercambios tecnológicos
Subraya la importancia de la colaboración de Rusia con el Instituto Latinoamericano de Biotecnología en Managua, Nicaragua, que ayudó a impulsar la producción de insulina, interferón y vacunas para el consumo latinoamericano. Durante la pandemia, Rusia también brindó ayuda humanitaria y sanitaria a Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua, Venezuela y Cuba.
La confederación rusa, a través del fondo Ruso de Inversión Directa, RDIF, anunció que se enviarían 150 mil paquetes de Avifavir, el medicamento anti-Covid de fabricación rusa, a ocho países de América Latina: Argentina, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Paraguay, Venezuela y Uruguay.
Y la primera vacuna ya registrada, será producida para esta región, a través de convenios con países como Brasil y México, para que sean distribuidos al resto de América Latina a precios regulados, para que puedan ser adquiridos por los más pobres.
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