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Recuerden la purga de PDVSA

La expiación de la industria que marcó el final del negocio petrolero de Venezuela

Todo comenzó el 7 de abril de 2002, cuando el difunto presidente de Venezuela, Hugo Chávez, despidió a siete ejecutivos disidentes de la compañía petrolera estatal en una ofensiva contra una creciente protesta laboral que puso en peligro los envíos de petróleo y todo el aparato productivo del cuarto mayor exportador mundial de petróleo y eso inició la purga.

Mientras lo hacía, Chávez hacía sonar un silbato árbitro y gritar «¡Fuera!», el presidente belicoso anunció los despidos en una transmisión de televisión y radio en vivo en la que también rechazó un llamado de los opositores sindicales para comenzar una huelga nacional de un día.

Los despidos señalaron una respuesta intransigente por parte de Chávez al empeoramiento de la disputa que ya llevaba seis semanas con PDVSA, la compañía petrolera más grande de América Latina, donde los ejecutivos y empleados exigían la renuncia de un nuevo consejo de administración designado por el presidente. La purga tomó en ese entonces tinte mucho más económico y político.

«Estas personas se han convertido en saboteadores de una compañía que pertenece a todos los venezolanos», expresaba Chávez, declarando que tenía la intención de revisar al gigante petrolero estatal «de arriba a abajo», la huelga total en tomo entonces para noviembre a la compañía y paralizó la economía dependiente del petróleo, lo que también socavó a Chávez, quien ya enfrentaba la creciente oposición a su gobierno de tres años.

Pero la purga se concretó cuando el presidente, tomó militarmente a PDVSA, en origen para detener la huelga, y pasando por encima de los manifestantes, despidiendo casi en su totalidad a una fuerza laboral de algo menos de 40 mil empleados.

Purga en PDVSA.
El mismo ministro de petróleo Rafael Ramírez, hoy prófugo de la justicia, afirmó durante la purga en PDVSA, que cualquier organización no estatal autorizada en la industria será «sospechosa de conspirar contra la revolución».

La purga que acabó con la industria, inició la persecución de los dineros perdidos

19 años después de la purga, la compañía que quiso reformar, está en el punto más bajo de su historia, produciendo menos de la tercera parte de lo que producía entonces, se encuentra cegada a las exportaciones y sin posibilidades de recuperación temprana.

La política del presidente, con respecto a la industria en ese entonces, quedó signada por las personas que no formaron parte de la purga y muchos de ellos conociendo el poco conocimiento que poseía el gobierno sobre el manejo petrolero, pescaron en río revuelto.

Las finanzas pasaron a formar parte de las arcas gubernamentales y la purga lleno de corrupción todos los niveles de la industria y fue en ese momento que el gobierno en su desconcierto, comenzó la segunda parte de la historia, persiguiendo a todo el que no le fuera amistoso, inculpándolo de corrupto.

De esta purga de trabajadores petroleros bolivarianos y revolucionarios, nacieron los boliburgueses, ese grupo que, para muchos, se enriqueció de los fondos de PDVSA o usó a la compañía como colofón para negocios de lavado de dinero o sobornos mil millonarios.

Muchos de ellos, no fueron culpables o no tuvieron nada que ver en las tramoyas, pero muchos otros supieron mantenerse al lado del gobierno, señalando a los primeros y tratando de distraer la atención lejos de ellos, como en el caso del ex presidente de PDVSA Rafael Ramírez, quien vive al margen de los medios en la Ciudad del Vaticano.

Otras muchas víctimas de la purga, aún están marcados, con el estigma de ser boliburgueses, sin haber participado en tales fechorías y se convirtieron en blanco de quienes quisieron esconder sus manejos dolosos, estos como es el caso de Eudomario Carruyo, el ex director de finanzas de PDVSA y algún otro más, que se la pasan justificando sus ingresos, para ser exculpados, mientras son señalados por quienes robaron al país.

Ya hace mucho tiempo que la purga a terminado, pero en la memoria reciente de todos, quedó grabado el silbato de Chávez y las amenazas de Carlos Ortega y la gente del Petróleo, que en conjunto y sin miramientos destruyeron a la empresa petrolera más importante de latino américa y la dejaron enterrada en el oscuro lugar donde van a parar los errores de la historia.  

Fuente
ElGuardianMisiónVerdad

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