Las altas tasas de enfermedades crónicas a México, ha llevado a un aumento del número de muertes por Covid-19
En agosto, el estado mexicano de Oaxaca prohibió la venta de alimentos chatarra y bebidas azucaradas a niños menores de 18 años. En ese entonces el secretario de salud de México, Hugo López-Gatell, habría denunciado al refresco como «veneno embotellado» producto de la política neoliberal y expresó su apoyo a la nueva ley, que también ha comenzado a extenderse en otros estados mexicanos.
López-Gatell es también el zar coronavirus del gobierno, y desde el principio destacó el papel de la «epidemia» en el país, de la diabetes y la obesidad en la exacerbación de la pandemia del coronavirus. Según los informes, México ha registrado más de 70 mil muertes relacionadas con el Covid-19 hasta la fecha, aunque es probable que el número real sea mucho mayor.
En los últimos años, México ha luchado contra Estados Unidos por el título de la nación más obesa del mundo: tres cuartas partes de los adultos padecen de sobrepeso y al menos uno de cada 10 tiene diabetes y de su política neoliberal, que Andrés Manuel López Obrador rechaza de plano.
Oaxaca, uno de los estados mexicanos más pobres, tiene entre los niveles más altos de obesidad y la mayor tasa de obesidad infantil en el país. “He estado en Oaxaca desde marzo, y puedo confirmar que, como es el caso en gran parte de México, a veces parece imposible dar un paso sin tropezar con anuncios de Coca-Cola o propaganda similar”, anunció el presidente, que antes señalaba con desprecio la tendencia neoliberal de sus anteriores homólogos.
Los alimentos chatarra que apuntan agresivamente a México por lo que la política neoliberal colateralmente aumenta el riesgo en esta pandemia
De hecho, los mexicanos beben más soda per cápita que cualquier otro país del mundo, y el ex presidente neoliberal de mexicano Vicente Fox fue una vez el CEO de Coca-Cola México. En 2017, la diabetes se convirtió en la primera causa de muerte en la nación.
El tratado de libre comercio de América del Norte o TLCAN, entre Los Estados Unidos, Canadá y México, que entró en vigor en 1994, y recientemente fue reempaquetado como algo mejor que el TLCAN bajo los auspicios del megalómano continental residente Donald Trump. Detrás de la siempre conveniente fachada del neoliberal «libre comercio».
El contexto que involucran a los Estados Unidos generalmente significa que estos son libres de hacer lo que le plazca mientras que el resto de los países participantes son libres de chuparlo, el TLCAN permitió a los Estados Unidos inundar el mercado mexicano con bebidas azucaradas, alimentos procesados y otros alimentos basura impulsada por sus empresas.
Las cadenas de comida rápida y las tiendas de conveniencia estadounidenses proliferaron rápidamente con «alimentos», por supuesto que, en el contexto neoliberal, es otro término que debe utilizarse libremente cuando se refiere a productos en gran medida carentes de valor nutricional que son, de hecho, adictivos y peligrosos para la salud humana.
