Honduras jura a Xiomara Castro como primera presidenta
Xiomara Castro es juramentada como la primera mujer presidenta de Honduras. La izquierdista, asume el cargo en medio de la creciente incertidumbre sobre si podrá gobernar frente a una crisis legislativa en desarrollo y otros desafíos.
Castro, la líder de 62 años del izquierdista Partido Libre, ganó las elecciones del 28 de noviembre por un margen saludable y hoy se juramenta como presidenta de Honduras.
A pesar de que las recientes maniobras políticas de la novel presidenta, justo en el período previo a su toma de posesión, distrajeron de lo que los observadores esperaban que fuera un nuevo comienzo en la atribulada nación.
La presidenta, prestó juramento durante una ceremonia en un estadio nacional en la capital, Tegucigalpa. En medio de miles de hondureños ondeando banderas, bailando y gritando.
La nueva presidenta, se enfrentará a un país sumido en una crisis absoluta
La primera presidenta, sonrió ampliamente mientras la faja presidencial azul y blanca cubría su pecho. En su discurso de toma de posesión, Castro prometió abordar la corrupción y la desigualdad que, según afirmó, corrían desenfrenadas bajo la administración anterior.
Ahora se prepara a abordar la pobreza, todo lo cual, agregó, está alimentando la huida masiva de hondureños hacia el norte. «La catástrofe económica que estoy heredando no tiene paralelo en la historia de nuestro país», señaló.
Castro, denunció un salto de siete veces en la deuda bajo sus dos predecesores conservadores. «Mi gobierno no continuará la vorágine de saqueos que condena a generaciones de jóvenes a pagar la deuda que contrajeron a sus espaldas», agregó entre aplausos atronadores.
Xiomara Castro está tomando las riendas mientras Honduras se ve envuelta en una disputa sobre quién dirigirá el congreso recién elegido.
Dos equipos de liderazgo del congreso son seleccionados, ninguno legítimamente. Según los expertos, y su enfrentamiento amenaza con la parálisis legislativa en un momento en que la presidenta necesitaba desesperadamente ponerse a trabajar rápidamente para abordar los problemas sistémicos.
Honduras enfrenta un alto desempleo, violencia persistente, corrupción, así como sistemas de salud y educación en problemas, desafíos que Castro había jurado abordar.