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Jeanine Añez prueba la paciencia de Bolivia

Si el gobierno interino retrasa el voto de nuevo, desencadenará un levantamiento imposible de contener

La paciencia de los bolivianos se está agotando, mientras la presidenta interina Jeanine Añez aún no ha cumplido su promesa de celebrar elecciones instantáneas en el país después de que el ex presidente Evo Morales fuera obligado a renunciar y huyera del país en medio de un golpe de estado. Aunque el gobierno programó una nueva votación para el 18 de octubre, los simpatizantes del MAS permanecen en alerta.

La decisión del gobierno boliviano de facto de Añez de posponer las elecciones generales del país a finales de julio por tercera vez consecutivas con el pretexto de la pandemia provocó protestas nacionales encabezadas por los partidarios de Evo Morales, y la central de trabajadores bolivianos y los sindicatos.

A partir del 3 de agosto, los bolivianos iniciaron marchas, mítines y erigieron bloqueos de carreteras en todo el país instando a Añez a cumplir su promesa y dejar que la gente emitiera su voto por primera vez desde el golpe de estado de noviembre de 2019. En tan solo 24 horas, más de 75 carreteras y carreteras principales de las provincias de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Oruro y Potosí fueron bloqueadas total o parcialmente por los manifestantes.

Después de 10 días de bloqueos y mítines, el gobierno de facto de Añez, llegó a un acuerdo con la MAS sobre una ley que exige que se vote el 18 de octubre y prevé sanciones penales por cualquier esfuerzo por cambiar la fecha. Por lo que la protesta fue suspendida, pero el MAS y los grupos organizados están en alerta.

Añez Alarga.
No es de extrañar que la gente empezara a sospechar «una estrategia para seguir posponiendo las elecciones en un intento de permanecer en el poder durante el tiempo que pueda», señala. «Ese uso deshonesto y engañoso de la pandemia por parte del régimen para posponer indefinidamente las elecciones es la razón por la que el movimiento social decidió movilizar a sus afiliados», explicó Echazu.

Añez trata de ganar tiempo mientras se judicializa a Morales y su movimiento, en un juego desleal por el poder

«Las protestas se han detenido», comenta Alberto Echazu, analista político y periodista de La Resistencia Bolivia. «La Central de Trabajadores Bolivianos, el sindicato de trabajadores que abarca a todos los trabajadores bolivianos y el Pacto de Unidad, campesinos y organizaciones de trabajadores indígenas de todo el país, dieron instrucciones a sus afiliados a levantar los bloqueos después de que se alcanzara un acuerdo entre la asamblea legislativa y el tribunal electoral para establecer la fecha definitiva e inamovible para las elecciones del 18 de octubre».

Teniendo en cuenta las maniobras políticas anteriores del gobierno de facto de Añez, los sindicatos bolivianos y la MAS permanecen «en estado de alerta» para impedir cualquier nuevo intento de suspender la elección.

Y si Jeanine Añez pospone una vez más las elecciones, seguramente desencadenará un nuevo levantamiento «que será imposible de contener». Aunque las tensiones han bajado, las intenciones de La Paz de reprimir a los líderes sindicales mantienen la tensión alta.

Anteriormente, Echazu expresó su preocupación por el aparente intento del gabinete de Añez de permanecer en el poder el mayor tiempo posible. Tomando las riendas del país en noviembre de 2019, Añez prometió celebrar elecciones instantáneas y descartó participar en la próxima votación, explicando que su único objetivo era unir al electorado fragmentado. Sin embargo, en enero de 2020 Añez anunció abruptamente que se postularía, mientras que las elecciones también se han retrasado repetidamente.

Fuente
SputnikNodalMiamiHeraldDW

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