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Las dudosas políticas energéticas de AMLO para México

Las políticas energéticas de AMLO apuestan por el rescate de Pemex, la CFE y los combustibles fósiles, a costa de endeudar al país

El presidente mexicano apuesta por el rescate de Pemex y la CFE, a costa de endeudar al país, desincentivar la inversión privada y renunciar a las energías renovables.

Pemex y CFE: los pilares de la soberanía energética

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha hecho de la política energética una de sus prioridades desde que asumió el cargo en 2018. Su objetivo es lograr la soberanía energética, entendida como la capacidad de producir y consumir la energía que el país necesita, sin depender de fuentes externas. Para ello, ha apostado por el rescate y el fortalecimiento de las empresas estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que considera los pilares de la economía y la seguridad nacional.

AMLO ha destinado miles de millones de dólares a Pemex y la CFE, a través de subsidios, exenciones fiscales, inyecciones de capital y transferencias presupuestarias. También ha cancelado o suspendido licitaciones, contratos y permisos a empresas privadas, nacionales y extranjeras, que participaban en el sector energético, tras la reforma constitucional de 2013 que abrió el mercado a la competencia. Además, ha impulsado proyectos emblemáticos, como la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, y la rehabilitación de otras seis existentes, así como la modernización de centrales eléctricas y la ampliación de la red de transmisión.

AMLO y las políticas energéticas.
AMLO ha exagerado repetidamente la importancia de la producción petrolera estatal, ya que buscaba mejorar la «soberanía energética».

Los problemas de la estrategia de AMLO

Sin embargo, la estrategia de AMLO ha enfrentado numerosos problemas y críticas, tanto internas como externas, que ponen en duda su viabilidad y su conveniencia. Algunos de estos problemas y críticas son:

  • El alto endeudamiento de Pemex y la CFE, que supera los 150.000 millones de dólares, y que ha provocado la degradación de sus calificaciones crediticias y las del país por parte de las agencias internacionales, como Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s. Esto dificulta el acceso al financiamiento y aumenta el riesgo país.
  • La baja rentabilidad y eficiencia de Pemex y la CFE, que registran pérdidas millonarias, caídas en la producción y el suministro, obsolescencia tecnológica, corrupción, accidentes y fugas. Esto afecta a la calidad y la seguridad del servicio, y a la competitividad de la economía.
  • La falta de incentivos y garantías para la inversión privada, que ha visto cancelados o renegociados sus contratos, limitadas sus oportunidades de negocio, y obstaculizados sus proyectos por trabas burocráticas, legales y sociales. Esto reduce la confianza y la certidumbre de los inversionistas, y merma la inversión y el empleo.
  • El desinterés por las energías renovables, que han sido relegadas y obstaculizadas por el gobierno, que privilegia los combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón, que son más contaminantes y más caros. Esto va en contra de los compromisos internacionales de México en materia de cambio climático, y de las tendencias globales hacia la transición energética.

Las consecuencias de las políticas energéticas de AMLO

Las políticas energéticas de AMLO tienen consecuencias negativas para el país y para la región, que se pueden resumir en:

  • Un deterioro de la situación económica y fiscal, que se traduce en menor crecimiento, mayor inflación, mayor déficit, mayor deuda y menor recaudación. Esto limita la capacidad del Estado para atender las necesidades sociales y para impulsar el desarrollo.
  • Un aumento de la vulnerabilidad y la dependencia, que se refleja en una mayor exposición a los vaivenes de los precios internacionales del petróleo y el gas, y en una menor diversificación de las fuentes y los mercados de energía. Esto reduce la autonomía y la seguridad energética del país.
  • Un retroceso en la protección del medio ambiente y la salud, que se manifiesta en una mayor emisión de gases de efecto invernadero, una mayor contaminación del aire, del agua y del suelo, y una mayor afectación a la biodiversidad y a las comunidades locales. Esto incrementa los riesgos y los costes asociados al cambio climático y a sus efectos.

Unas políticas energéticas cuestionables y cuestionadas

La política energética de AMLO es cuestionable y cuestionada, ya que se basa en una visión nacionalista, estatista y obsoleta. Y, que ignora los desafíos y las oportunidades del siglo XXI. Lejos de lograr la soberanía energética, AMLO ha puesto en riesgo la estabilidad económica, la seguridad jurídica, la competitividad empresarial, la integración regional y la sustentabilidad ambiental de México.

AMLO debería reconsiderar su política energética, y abrirse al diálogo y a la cooperación con los actores privados, nacionales y extranjeros, y con los organismos internacionales, para aprovechar el potencial energético de México, y para contribuir al desarrollo y al bienestar de su pueblo.

Fuente
DWReutersMexicoBusiness

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