Maduro acusa a Trump de “extremista”
El presidente venezolano se refirió al gobierno republicano como una pandilla
En una entrevista ofrecida el día de ayer a medios internacionales, el presidente venezolano, Nicolás Maduro indicó que no permitiría que la supuesta ayuda humanitaria llegue a Venezuela ya que era la manera de que los Estados Unidos justifiquen una intervención, “son belicistas para apoderarse de Venezuela», afirmó.
Los Estados Unidos y algunos gobiernos occidentales han reconocido líder de la oposición Juan Guaidó como presidente interino y Maduro está bajo una creciente presión internacional para llamar a elecciones presidenciales en medio de un agravamiento de la crisis económica y las acusaciones de violaciones generalizadas de derechos humanos y corrupción.
Mientras tanto, Guaidó ha convocado nuevas protestas contra el gobierno más tarde el martes, las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela ya estaban cargadas antes de la administración del presidente Trump quien se convirtió en uno de los primeros en reconocer a Guaidó como líder del interino.
El presidente venezolano Nicolás Maduro persiste en su posición contra los EE.UU.
Venezuela rompió relaciones diplomáticas en respuesta mientras que el Trump amenazó con que el uso de la fuerza militar seguía siendo «una opción» a usar en el país sudamericano.
En la entrevista Maduro expresó que esperaba que «este grupo extremista en la casa blanca sea derrotado por la poderosa la opinión pública mundial».
Desde la capital, Caracas, le refirió a Orla Guerin: «Es una guerra política, del imperio de Estados Unidos, de los intereses de la extrema derecha que hoy gobiernan, del Ku Klux Klan, que gobierna la casa blanca, para apoderarse de Venezuela».
El gobierno norteamericano, acusa al presidente Maduro de violaciones de derechos humanos y corrupción, ha llevado la presión internacional, utilizando infinidad de artimañas, contra el presidente venezolano para lograr su dimisión.
Ha impuesto una serie de medidas económicas contra el país, incluso contra la empresa petrolera estatal, PDVSA, con el objetivo de quitarle al país sudamericano, su fuente de ingresos principal.
En los últimos años Estados Unidos ha congelado los activos de Venezuela, restringiendo su acceso a los mercados estadounidenses y de sus socios comerciales y bloquea relaciones con los involucrados en el comercio de oro del país.
También ha criticado el uso creciente de Maduro de los tribunales y las fuerzas de seguridad para suprimir la oposición política.
Secretario de estado Mike Pompeo ha señalado al gobierno como una «desastrosa dictadura» mientras que el asesor de seguridad nacional John Bolton indicó el que Maduro sostenía una «reclamación ilegítima al poder».
Cuando se le preguntó, al respecto de su comentario sobre el Ku Klux Klan, sobre si creía que Trump representaba a la «supremacía blanca», Maduro indicó que: «él lo es, abiertamente y públicamente… Nos odian, menosprecian, porque sólo creen en sus propios intereses y los intereses de los Estados Unidos».
El presidente ha rechazado permitir la entrada forzada de ayuda humanitaria extranjera en el país, una medida que está siendo organizada por la oposición de Guaidó, y explicó que Venezuela tenía «la capacidad de satisfacer todas las necesidades de su gente» y no tenía que «mendigar a nadie».
Maduro, ha culpado a las sanciones y el asedio de los Estados Unidos, en los problemas económicos de Venezuela, y añadió que Washington ha previsto «crear una crisis humanitaria para justificar una intervención militar».
«Esto es parte de esa farsa. Es por eso, con toda dignidad, que les decimos que no queremos sus migas, sus alimentos tóxicos, ni sus restos».
