El expresidente Lula quiere derrocar a Bolsonaro por goleada
Las consignas «¡Lula, guerrero del pueblo brasileño!», resonaron cuando Luiz Inácio Lula da Silva, el político más querido del país, tomó el micrófono en un evento del Día del Trabajo el 1 de mayo frente al icónico estadio de fútbol Pacaembu de Sao Paulo y lanzó su candidatura.
«No aceptamos este odio que está siendo impuesto por este genocida que gobierna el Brasil», señaló a la multitud, el dos veces ex presidente. Lula da Silva, refiriéndose al actual jefe de estado del país, el presidente Jair Bolsonaro.
Lula, ahora de 76 años, lanzó su sexta candidatura a la presidencia de Brasil. En medio del creciente costo de vida. Además de los crecientes temores de autoritarismo en la democracia más grande de América Latina.
Bolsonaro, un nacionalista amante de las armas. Afirmó repetidamente sin pruebas que el sistema de votación electrónica de Brasil es vulnerable al fraude. Preparando el escenario para una posible crisis cuando se cuentan los votos.
Para Lula, ser elegido es solo el primer paso
La encuestadora brasileña Datafolha indicó en marzo, que Lula tenía una cómoda ventaja de 17 puntos porcentuales sobre Bolsonaro en la primera ronda de votación el 2 de octubre. Pero, los expertos predicen que se endurecerá a medida que se acerquen las elecciones.
Hoy, con una economía sacudida por Covid-19 y la guerra en Ucrania, la inflación de Brasil se está disparando. Con fuertes aumentos de precios en el gas, el combustible y los alimentos básicos, lo que afecta desproporcionadamente a los asalariados más bajos.
Más de la mitad de la población sufre algún tipo de inseguridad alimentaria, según la Red de Investigación sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de Brasil. Y los informes de personas que hacen cola en las carnicerías para obtener donaciones de huesos ocupan los titulares nacionales.
Si es elegido, Lula enfrentará desafíos significativos para aliviar las preocupaciones inmediatas de pobreza. Mientras aborda la inflación y genera crecimiento para generar empleos.
Sin embargo, los altos precios de los productos básicos podrían ayudar a financiar políticas sociales y programas de diversificación para la industria y la energía verde para generar crecimiento. «Brasil ya lo ha hecho en el pasado», indicó Barbosa. «Pero el mayor desafío es la gobernabilidad», agregó.
Los expertos predicen que a los candidatos leales a Bolsonaro les irá peor que en 2018. Pero, que Lula y los partidos aliados aún estarán muy lejos de tener la mayoría necesaria para impulsar reformas.
