El gobierno de México presentó un nuevo censo de desaparecidos. Que reduce la cifra oficial de más de 100 mil a poco más de 12 mil. Generando indignación y rechazo entre los familiares y las organizaciones de derechos humanos
Un censo cuestionado y rechazado
El pasado 15 de diciembre, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó un nuevo censo de personas no localizadas en México. ¡Y oh! sorpresa. arrojó un resultado de 12 mil 377 casos confirmados. Una cifra muy inferior a los más de 100 mil que se habían reportado hasta 2022. El censo fue realizado por la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB). Una dependencia de la Secretaría de Gobernación, y que revisó y depuró los registros de las fiscalías estatales y federales.
El conteo de desaparecidos fue anunciado como un ejercicio de transparencia y de respeto a los derechos humanos. Señalando, que buscaba dar certeza y claridad sobre la magnitud y la realidad del problema de las desapariciones en México. Este problema, se ha agravado desde el inicio de la llamada guerra contra el narcotráfico en 2006.
El censo también fue presentado como un instrumento para mejorar la búsqueda, la identificación y la localización de las personas no localizadas. Así como para garantizar la justicia y la reparación a las víctimas y sus familias.
Sin embargo, el censo fue cuestionado y rechazado por los familiares y las organizaciones de búsqueda de desaparecidos. Estos, lo consideraron una manipulación y una minimización del problema. Uno, que busca reducir la cifra oficial con fines políticos y electorales, de cara a los comicios presidenciales de 2024.
También fue criticado por su metodología y sus criterios, que excluyeron miles de casos de desaparecidos. Porque, no cumplían con los requisitos establecidos por la CNB. Cómo la existencia de una denuncia formal, una carpeta de investigación o una ficha de búsqueda.
Un problema grave y complejo
El suceso de los desaparecidos en México es grave y complejo que enfrenta el país. Afectando la seguridad, la justicia, la democracia y los derechos humanos de la población.
Afirma la ONU, México es el país con más desapariciones forzadas en el mundo, con más de 82 mil casos registrados desde 2006 hasta 2020. La mayoría de estas desapariciones están relacionadas con la violencia del crimen organizado, que opera con la complicidad o la omisión de las autoridades.
El problema de las desapariciones en México también es uno de los más dolorosos y dramáticos. Que se ensaña en las familias y las comunidades de las víctimas, que sufren la incertidumbre, la angustia, el estigma y la impunidad.
Según el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM), que agrupa a 84 colectivos de 25 estados del país y tres países de Centroamérica. Las desapariciones son una forma de tortura y de violación a los derechos humanos. Que, particularmente, destruye el tejido social y que exige verdad, justicia y memoria.
Pero, a dónde van a parar los desaparecidos y porqué desaparecen
El problema de las desapariciones en México representa un desafío para el gobierno y la sociedad. Todos deben asumir la responsabilidad y el compromiso de enfrentarlo con seriedad, sensibilidad y solidaridad. El gobierno debe garantizar la búsqueda, la identificación y la localización de las personas no localizadas. Así como la investigación, el castigo y la reparación de los responsables.
El gobierno también debe reconocer y apoyar el trabajo de las familias y las organizaciones de búsqueda. Que asumieron la tarea que le corresponde al Estado. La sociedad debe acompañar y respaldar la lucha de las familias y las organizaciones de búsqueda. Mientras estas, han demostrado su valentía, su dignidad y su esperanza.
La sociedad también debe exigir y participar en la construcción de una política de Estado. Una, que prevenga y erradique las desapariciones en México. Y, que garantice los derechos humanos de las víctimas y sus familias, y que promueva la paz y la democracia en el país.
