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Las sanciones aprietan el estómago de Cuba

Escases de combustible y alimentos son la nueva normalidad de la isla

En la isla de Cuba, los bueyes han comenzado a reemplazar a los tractores en la medida que la isla se ve limitada en sus entregas de petróleo marcadamente reducidas gracias a las medidas coercitivas ordenadas por Donald Trump. Justo Rodríguez camina a través del barro, azotando a los dos bueyes que guían su arado de hierro mientras lentamente talla un surco en el suelo seco.

En tiempos normales Rodríguez, de 60 años, utilizaría un tractor para arar estos campos, pero durante meses, la granja donde trabaja a 9 kilómetros al este de La Habana, capital de Cuba, no ha recibido envíos de combustible diésel, «Es algo por lo que llorar, pero encontramos maneras de reír», afirmó Rodríguez, «Los cubanos somos así, incluso con una bala en el cuello seguimos riendo».

A Cuba le falta petróleo, pues en un esfuerzo por estrangular a su enemigo comunista más infatigable e íntimo, Estados Unidos ha sancionado desde abril a las empresas cisternas que entregan petróleo a Cuba desde Venezuela, su aliado más cercano.

En septiembre pasado, con la isla funcionando con sólo el 30% de las entregas de petróleo, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel anunció medidas de emergencia de ahorro de energía, por lo que as cuotas de diésel en el campo fueron cortadas.

A las afueras de La Habana, Misael Ponce, de 43 años, administra una granja lechera, que como muchos otros abrazó la agroecología en la década de 1990 después de que la Unión Soviética se desintegrara y la isla de Cuba, se quedara sin piensos, insecticidas y fertilizantes importados.

«Era un mecanismo de subsistencia que teníamos que adoptar», expresó Ponce, todos los forrajes del ganado se cultivan en el lugar para reducir la dependencia del mundo exterior, los bueyes generalmente fertilizan hasta la mitad del suelo con su estiércol, mientras que un tractor estadounidense de 67 años de edad ara el resto.

Sanciones en Cuba.
Un sábado reciente, los plátanos, la yuca y las lechugas fangosas se apilaron en lo alto de un puesto de mercado en el centro Habana, pero los frijoles negros, que junto con el arroz forman el pilar de la dieta cubana, han estado fuera de stock durante toda la temporada.

El racionamiento de energía y combustible en Cuba, está afectando seriamente la producción

Pero con el tractor fuera de combate, los bueyes ahora preparan el suelo solos, Ponce como otros, cree que puede cultivar toda la morera, hierba de rey y caña de azúcar que necesita para alimentar a las vacas, y está seguro de que puede alcanzar su objetivo de producción.

Pero reconoce que los granjeros ahora están trabajando horas mucho más largas: «Lo que puedes hacer con un tractor en una hora, lo haces con un buey en un día» y muchos más son menos capaces de hacer frente a las sanciones.

Cuando se introdujo el embargo estadounidense a Cuba en la década de 1960, el objetivo, según el departamento de estado de los Estados Unidos, era «provocar el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno», durante seis décadas esa meta ha fracasado y Cuba es uno de los únicos países de América Latina que ha eliminado el hambre, según la organización de las naciones unidas para la agricultura y la alimentación.

Las tiendas de comestibles estatales o bodegas, garantizan a todos los cubanos productos vitales, como arroz, frijoles negros, petróleo y mucha azúcar, a precios simbólicos y solidarios, a los niños se les asignan tres kilogramos de leche en polvo al mes hasta los siete años y según la Unicef, políticas como esta explican por qué la isla es uno de los pocos países del hemisferio que ha eliminado la desnutrición infantil.

Pero las raciones básicas a menudo no son suficientes y los cubanos se han acostumbrado a buscar artículos como carne y queso, pero ahora, los agricultores se preocupan por los impactos que el bloqueo de la gasolina podría tener en los alimentos, «Si esta situación continúa, ni siquiera quiero pensar en lo que va a pasar», afirma Ponce.

El gobierno de Cuba, ve la comida como una cuestión de seguridad nacional, por lo que sólo se permite al estado sacrificar vacas y los agricultores que matan vacas para vender en el mercado negro pueden ser encarcelados hasta por una década.

Sanciones en Cuba.
«Ha habido menos combustible asignado a los camiones, así que hemos tenido menos existencias», indicó un vendedor que no quería dar su nombre por temor a represalias, «la crisis no me afecta… Si no hay tomate, como plátano, encuentro una solución para todo».

Enfrentar el racionamiento con mejor talante hace de los cubanos los más resilientes

Para evitar la inflación, el gobierno impuso en agosto controles de precios a los alimentos, una medida popular que garantiza que quienes ganan salarios del sector público pueden casi permitirse una dieta equilibrada, pero los economistas expresan que, si se dejan en su lugar demasiado tiempo, los controles de precios reducen la producción agrícola en el sector privado.

En los últimos 12 meses, Estados Unidos ha afectado a Cuba con las sanciones más potentes en medio siglo, y los sueños de un futuro más próspero que siguió al acercamiento de la administración Obama con la isla parecen un recuerdo lejano.

Por ahora, los alimentos esenciales están en stock en las bodegas, y las raciones mensuales de huevos, spam y pollo están llegando a tiempo, pero lejos de la economía planificada del salvavidas, la escasez está aumentando y cuando se arremolinan los rumores de que ha llegado una partida de embutidos, las colas de un día pueden formarse fuera de los centros comerciales.

En enero, el gobierno cortó las raciones de gas para cocinar después de que Estados Unidos sancionó a la compañía energética estatal Cuba metales que importa gas de petróleo líquido y ya en febrero, la ministra de comercio, Betsy Díaz, pidió a la población que se apretara por la escasez de productos de higiene personal debido a «graves limitaciones financieras».

La compra de más combustible en el mercado abierto, expuso, ha obligado al gobierno a «elegir entre mantener suministros de alimentos estables» y productos para la limpieza de la gente y la pasta de dientes está agotada en todo el este de la isla, el jabón ya estaba escaso antes de que la gente pudiera abastecerse, y la noticia de que siete casos de coronavirus se han confirmado en la isla no ha hecho más que aumentar las preocupaciones de que las sanciones puedan tener ramificaciones mortales.

Fuente
RadioMartíIPSElGuardian

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