Jeanine Añez decide retirar la candidatura a las próximas elecciones
La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, ha anunciado a través de las redes sociales que su campaña se ha retirado de las próximas elecciones del 18 de octubre. «Hoy dejé a un lado mi candidatura en homenaje a la libertad y la democracia», señaló la presidenta interina conservador en un tuit.
«Lo que está en juego en estas elecciones, no es pequeño. En realidad, la democracia está en juego en Bolivia». Medios informaron que la retirada de la presidente de la votación del 18 de octubre se produjo en medio de la publicación de encuestas de opinión que la mostraron rezagada por detrás del candidato Luis Arce.
En las últimas encuestan han ofrecido que Arce, quien pertenece al partido movimiento por el socialismo del derrotado presidente boliviano Evo Morales, permanece en el primer lugar de la elección de los bolivianos, en todo el territorio.
Carlos Mesa, periodista convertido en candidato del centrista partido comunidad cívica, ocupa el segundo lugar en las encuestas. Poco después de que Morales consiguió una victoria de 10 puntos en las elecciones presidenciales de octubre de 2019, la misión de observación electoral de la OEA, anunció que habría fraude.
El fin de la presidenta interina es de unificar votos en contra los socialistas, aunque no existe unidad de candidatos
El argumento de la OEA sobre los resultados de no ser exactos debido a un «cambio difícil de explicar en la tendencia de los resultados preliminares» e impulsados por Carlos Mesa. Sacaron a la gente a la calle y terminó con la renuncia forzada de Morales y dejó a la presidenta interina a cargo de la primera magistratura.
Un comunicado de prensa de seguimiento de los auditores electorales alegó la confirmación de las sospechas de la OEA, señalando el descubrimiento de «graves defectos de seguridad». La presidenta Añez apareció en el palacio presidencial el 12 de noviembre y prometió «tomar todas las medidas necesarias para llevar la paz al país» y llevar a cabo una transición pacífica.
Sin embargo, las autoridades electorales designadas por la presidenta, pidieron que las elecciones fueran retrasadas un total de tres veces, decidiendo finalmente el 18 de octubre, tras un anuncio a finales de julio.
Un análisis a finales de febrero que claramente afirmaba que «no hay apoyo estadístico para las denuncias de fraude electoral» y, en general, «el análisis estadístico y las conclusiones de la OEA parecerían profundamente defectuosos».
