El país debate la reducción de costos hasta la inmunidad del rebaño contra el Covid-19
Luego viajar a Washington para reunirse con Donald Trump a principios de este mes, el presidente de México tomó una prueba de Covid-19. Hasta entonces, Andrés Manuel López Obrador nunca había sido probado, argumentando que no había necesidad de ello, a pesar de que varios miembros del gabinete se habían infectado con coronavirus.
El presidente, de México tomó una segunda prueba al llegar a los Estados Unidos; ambos resultados fueron negativos. Pero las pruebas han sido raras en México, incluso para las personas que presentan síntomas de Covid-19 en el hospital y para los médicos, enfermeras y paramédicos que los tratan.
«La OMS ha señalado: prueba, prueba, prueba, pero ni siquiera los trabajadores sanitarios tienen acceso a pruebas», afirma Rafael Soto, enfermero y portavoz del personal médico que protesta por las mejoras sanitarias. «Muchos compañeros de trabajo han muerto sin haber sido testeados contra el Covid-19».
México ha realizado sólo tres pruebas por cada 100 mil personas a diario desde que comenzó la pandemia, según el panel de la Universidad Johns Hopkins; El 66,9% de los resultados fueron positivos el 15 de julio, día en que los últimos datos diarios estuvieron disponibles, según Our World In Data.
Hugo López-Gatell, se ha opuesto firmemente a las pruebas de Covid-19 generalizadas, llamándola «una pérdida de tiempo, esfuerzo y recursos»
Una tasa de positividad de Covid-19, tan alta sólo significa que «un gobierno sólo está probando a los pacientes más enfermos que buscan atención médica y no lanzando una red lo suficientemente amplia», según Johns Hopkins.
En comparación, los Estados Unidos que, realizan 168 pruebas por cada 100 mil personas, no se entiende en realidad porque México se niega a realizar pruebas de Covid-19, ampliamente a los expertos en salud pública. Aunque algunos sospechan que el presidente más ahorrativo del país, ve las pruebas como un gasto superfluo y ha predicho repetidamente que la pandemia terminará más pronto que tarde, y ha utilizado la crisis para impulsar un paquete de profundos recortes al gasto público.
«Es una estrategia basada en la idea del máximo ahorro, y no está dando resultados», explica Malaquías López-Cervantes, profesor de salud pública de la universidad nacional autónoma de México.
Otros creen que el gobierno de México está tratando de copiar el enfoque sueco de minimizar los bloqueos para limitar el impacto económico de la pandemia, algo que López Obrador ha citado como importante en un país donde más de la mitad de la población trabaja en la economía informal.
«La estrategia inicial de México fue definitivamente disparar los contagios de Covid-19, por la inmunidad al rebaño», indicó Laurie Ann Ximénez-Fyvie, jefa del laboratorio de genética molecular de la UNAM. «Entonces hicieron todo lo posible para lograrlo».
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