La era Milei: Manifestantes enfrentan la policía y el Ómnibus

La policía reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a los miles de ciudadanos que se congregaron frente al Congreso para expresar su rechazo al proyecto de reformas económicas del presidente libertario

Un clima de tensión y violencia entre manifestantes y policías

El miércoles 2 de febrero de 2024, la ciudad de Buenos Aires fue escenario de una jornada de protesta y represión, que dejó un saldo de varios heridos y detenidos. Miles de manifestantes se movilizaron hasta el Congreso de la Nación, donde se debatía el proyecto de ley ómnibus del presidente Javier Milei, que busca liberalizar la economía y reducir el gasto público. Los manifestantes, convocados por organizaciones sociales, sindicales, políticas y estudiantiles, portaban carteles, banderas y cacerolas, y coreaban consignas contra el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La manifestación, que transcurría de forma pacífica, se tornó violenta cuando algunos grupos intentaron romper el vallado policial que rodeaba el edificio legislativo. La policía respondió con balas de goma, gases lacrimógenos y camiones hidrantes, para dispersar a los manifestantes. Se produjeron enfrentamientos, corridas y escaramuzas, que se extendieron por varias cuadras. Algunos manifestantes arrojaron piedras, botellas y petardos a los efectivos policiales. También se registraron daños a comercios, vehículos y mobiliario urbano.

Un debate polémico y trascendente

Mientras tanto, en el interior del Congreso, se desarrollaba un debate polémico y trascendente, que duró más de 20 horas. El proyecto de ley ómnibus, que consta de 386 artículos, fue presentado por el presidente Milei como el «proyecto del siglo», y como el «regalo de Argentina al mundo en el siglo XXI». El proyecto contempla medidas como la eliminación de impuestos, la privatización de empresas públicas, la flexibilización laboral, la reforma previsional, la apertura comercial, la autonomía del Banco Central y la renegociación de la deuda externa.

El ómnibus fue aprobado en general por 144 votos a favor y 109 en contra, con el apoyo de la coalición oficialista La Libertad Avanza, y de otros bloques afines, como el PRO, la UCR y el interbloque Federal. El proyecto fue rechazado por el bloque opositor del Frente de Todos, que lidera la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y por otros bloques minoritarios, como el Frente de Izquierda y el Frente de Todos por el Cambio. Los diputados opositores criticaron duramente el proyecto, y lo calificaron de «neoliberal», «antipopular», «anticonstitucional» y «entreguista».

Un desafío para el futuro y la democracia

La aprobación de la ley ómnibus es un desafío para el futuro y la democracia de Argentina. Que aún atraviesa una profunda crisis económica y social, agravada por la pandemia de covid-19. Está la posibilidad de que el proyecto de ley contribuya a mejorar la situación y a generar un crecimiento sostenido. Y, una mayor competitividad, una menor presión fiscal, una mayor inversión y una mejor calidad institucional. Está la posibilidad de que el proyecto de ley empeore la situación y genere un mayor descontento. Además de una mayor conflictividad, una mayor desigualdad, una mayor fuga de capitales y una mayor inestabilidad política.

La aprobación de la ley ómnibus también plantea un desafío para el futuro y la democracia de la política y la sociedad argentinas. Actualmente se encuentran polarizadas y enfrentadas entre dos visiones opuestas del país. Por un lado, está la visión de Milei y sus seguidores, que prioriza la libertad individual sobre el bien común. Rechazando cualquier intervención del Estado en la economía y la sociedad. Por otro lado, está la visión de Kirchner y sus seguidores. Quienes apuestan por un populismo nacionalista, que prioriza el rol del Estado sobre el mercado, y que reivindica la participación popular y la justicia social.