La población indígena de Colombia enfrentó al flagelo de violencia
En lo que se hace una práctica común, a fines del mes pasado, la líder indígena de 25 años Yermy Chocue fue encontrada muerta cerca de su casa en Morales, el Cauca. Según los informes, la joven, destacada defensora de los derechos humanos, habría sido abordada y asesinada por hombres armados.
«Los sueños y esperanzas de Yermy se vieron frustrados por la violencia que está consumiendo al país», indicó el consejo regional indígena del Cauca en un comunicado.
El concejal Mauricio Capaz explica que la comunidad indígena de Colombia, está siendo cada vez más «amenazadas y perseguidas» desde el acuerdo de paz del país en 2016. Además, señaló: «Los pueblos indígenas están pasando por una situación muy compleja. Son casi seis años de asesinatos continuos de líderes indígenas».
En 2021, un miembro de la población indígena de Colombia fue asesinado cada cuatro días, según un informe publicado el mes pasado por la comisión nacional de territorios indígenas o CNTI.
En 2021, al menos una persona indígena colombiana fue asesinada cada cuatro días
La CNTI registró 114 homicidios el año pasado, 17 de los cuales ocurrieron en el contexto de siete masacres al pueblo indígena. Alrededor de un tercio de las víctimas eran líderes comunitarios, y en aproximadamente dos tercios de los casos y como siempre, el perpetrador no fue identificado.
En general, los homicidios en Colombia alcanzaron un máximo de siete años en 2021, justo al final del gobierno de Iván Duque. Con más de 13 mil registrados.
«Las comunidades indígenas sufren desproporcionadamente la violencia selectiva, el desplazamiento y las masacres durante todo el conflicto de Colombia. Particularmente en los años posteriores al acuerdo de paz», explicó Elizabeth Dickinson, analista senior de Colombia del International Crisis Group.
Los analistas expresan que un vacío de poder generado por la implementación mal administrada del acuerdo de paz de 2016. Uno que se firmó entre el estado colombiano y las FARC, alimentando la violencia.
El CNTI documentó una amenaza particular para las comunidades Nasa y Awa. Que en conjunto constituyen alrededor de dos tercios de las víctimas. Capaz, él mismo líder de los Nasa, indicó que son atacados porque «tenemos una larga historia de lucha contra aquellos. Y porque creemos que nos están haciendo daño».
