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Una Centroamérica diferente pero igual

Los disturbios y la represión crecen en medio de la crisis del coronavirus

Muchas personas consideran su trabajo como vendedores de insumos y alimentos básicos en los mercados de Centroamérica, como esencial para los compradores, y sus familias, por eso continuaron trabajando a pesar de los encierros y las cuarentenas debido al coronavirus, pero la policía no creyó lo mismo y tantos de ellos, fueron detenidos y ahora están en cuarentena obligatoria.

«Las detenciones son arbitrarias porque no les dijeron por qué motivos los estaban deteniendo», señalaron, cientos o miles de casos similares, muestran las dificultades de promulgar estrictas medidas de prevención contra coronavirus en Centroamérica, donde los ciudadanos a menudo se ven obligados a decidir entre quedarse en casa y alimentar a sus familias.

La mayoría de los gobiernos de Centroamérica reaccionaron rápidamente a la pandemia, implementando estrictas medidas de cuarentena y bloqueos, la región de unos 47 millones de habitantes tiene unos 6 mil 500 casos confirmados del virus, la mayoría en Panamá, según la universidad Johns Hopkins.

Sin embargo, las altas tasas de desigualdad, pobreza y mano de obra informal han llevado a disturbios civiles en países donde más del 30% de la población vive con 5,50 dólares al día o menos, en algunos casos, los ciudadanos de Centroamérica, desesperados han sido recibidos con represión y detenciones arbitrarias mientras la policía y el ejército toman la primera línea en una crisis de salud pública.

En toda la región, los ciudadanos que viven en la pobreza han salido a las calles para protestar contra las medidas del gobierno, vendedores ambulantes hambrientos protestaron en Guatemala, mientras Panamá reportó arrestos recientes por saqueos, «después de algunos días, la necesidad de traer a casa algo de comida se hizo más fuerte», indicó Tiziano Breda, analista de Centroamérica de la ONG International Crisis Group.

En Honduras, donde las movilizaciones masivas para expresar el descontento ciudadano han sido comunes desde un golpe de estado de 2009, vendedores ambulantes, trabajadores despedidos y recolectores de basura han bloqueado carreteras en protesta por un estricto toque de queda que ha empeorado las condiciones para el casi el 50% de la población que vive en la pobreza.

Centroamérica se revela.
Los gobiernos están promulgando medidas humanitarias para aliviar la carga de las familias más vulnerables y aliviar la tensión, en El Salvador, al ejemplo, el gobierno de Bukele ha suspendido los pagos de servicios públicos, ha ofrecido un subsidio de 300 dólares a algunos ciudadanos y recibió un préstamo del fondo monetario internacional de 389 millones para asistencia de emergencia.

Los gobiernos de Centroamérica, no han cumplido las promesas, mientras que la estabilidad se es va de las manos

«La mayoría de la gente en este país vive día a día. Vendes unos calcetines y compras unos huevos», indicó Bertha Oliva, coordinadora del grupo hondureño de derechos humanos del comité de familiares de los desaparecidos en Honduras o COFADEH, «Tienen hambre y tienen que salir.»

«Lo único que pedimos es comida», gritó un manifestante al medio hondureña La Tribuna, «Hemos tomado este toque de queda en serio y no nos hemos ido», en El Salvador, el descontento llegó a un frente a finales de marzo cuando los salvadoreños se presentaron en masa en la oficina del gobierno a cargo de administrar un subsidio gubernamental de 300 dólares.

«El presidente señaló que va a ayudar al sector informal, pero no lo hizo», explicó una mujer al medio salvadoreña Gato Encerrado, «Si no sigue adelante, lo que vamos a hacer es salir a vender». Eso es lo que Gabriel, que gana unos 200 dólares al mes, hizo.

A la luz de esta realidad, los gobiernos han reaccionado con respuestas contradictorias, según Breda, en Honduras, la situación ha creado una «olla a presión» para las personas que no tienen suficiente para alimentar a sus hijos, según Oliva, «no es lo mismo tener todo en tu casa o tener hijos en casa muriendo de hambre», indicó, «entonces, ¿qué hace el gobierno?, reprimen a la gente que no debería estar en la calle».

Los manifestantes que piden comida han sido recibidos por gases lacrimógenos, según un informe de COFADEH, en al menos un caso, los manifestantes han informado de que la policía ha amenazado con dispararles con balas vivas, señala el informe, esto encaja con un patrón de uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad hondureñas», este país ha estado inhalando gases lacrimógenos desde 2009″, indicó Oliva.

En Panamá, los trabajadores que han perdido sus empleos pueden recibir 40 dólares cada 15 días para cubrir sus costos básicos, Guatemala ha creado un fondo de emergencia para proporcionar a las familias con dificultades alrededor de 130 dólares y el gobierno hondureño prometió distribuir alimentos a algunas familias.

Fuente
BBCCNNElUniversal

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