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Guatemaltecos prefieren arriesgar sus vidas

Los centroamericanos ya desesperados arriesgan sus vidas en un viaje incierto

Frente al hambre y la crisis económica en el país, los migrantes guatemaltecos afirman, que tienen pocas esperanzas y no tienen más remedio que irse a Estados Unidos o al menos a exponer sus vidas en el intento.

El agua de las tormentas de finales de noviembre aún no había comenzado a disminuir en las aldeas rurales del país, cuando muchos decidieron un cambio en sus vidas y decidieron irse a los Estados Unidos.

Enclavados en los exuberantes valles del norte de Guatemala, a casi 270 kilómetros de la Ciudad de Guatemala. Muchas aldeas quedaron inundadas por las fuertes lluvias provocadas por el huracán Eta.

En su apogeo, el agua alcanzó los 12 metros en algunos lugares, sumergiendo casas, posesiones, animales, cultivos y vidas. Dejando sólo altos edificios por encima de la línea de flotación.

Vidas de Guatemala.
Mientras los guatemaltecos continúan tratando de llegar a Estados Unidos, sus vidas se ponen en peligro y Joe Biden se deslinda señalando querer ayudar a paliar las «causas profundas» de la migración.

Las vidas de los guatemaltecos se ponen en riesgo y sólo la esperanza de una oportunidad, los mantiene en el camino

«Nadie pensó que el agua retrocedería, no teníamos esperanza», explicaban los guatemaltecos, poco después de que la ciudad se inundara. Muchos perdieron sus vidas.

Pero cuando las aguas retrocedieron a finales de enero, revelaron aún más devastación. Cultivos, hogares y medios de sustento y vidas fueron diezmados. La promesa del gobierno de proporcionar ayuda a las familias afectadas por los huracanes nunca se materializó.

«El pueblo confiaba en que el gobierno guatemalteco daría apoyo», señaló Erick Cu, residente de Campur. Un agricultor que trabaja para el municipio de San Pedro Carcha. «Pero estamos entrando en una crisis económica, y el pueblo ha comenzado a migrar».

Miles de solicitantes de asilo de Centroamérica y México, entre ellos familias y niños pequeños, han llegado a la frontera sur de Estados Unidos. Muchos más en los últimos meses en busca de protección, lo que aumenta la presión sobre el presidente Joe Biden.

“Nos dejaron solos, sin oportunidades y sin esperanzas a futuro”, por eso se siguen caminando

Para entender completamente lo que está pasando, los expertos afirman que los observadores deben examinar las razones que empujan a la gente a hacer viajes peligrosos hacia el norte a veces a costa de sus propias vidas.

Los efectos de las tormentas en Campur van más allá de las inundaciones. La economía local, que depende de la producción y venta de café y cardamomo, también fue diezmada.

Combinadas con la pandemia del Covid-19, los huracanes exacerbaron los problemas de larga data que alimentaban la emigración, como el desempleo, la pobreza, el riesgo de perder sus vidas y hasta la inseguridad alimentaria.

Fuente
PrensaLibreScieloBBCNYTimes

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