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Guatemaltecos: Peligro, hambre y sequía

Factores más importantes del éxodo de Centroamérica

Casi todos los guatemaltecos, muelen a diario suficientes granos de maíz para hacer un puñado de tortillas para el desayuno, y también son muchos, los que deben racionar los últimos sacos de mazorcas de maíz después de la sequía y las prolongadas olas de calor vinculadas a la emergencia climática que han devastado los cultivos en toda Guatemala.

Como resultado, un número récord de familias agrícolas de subsistencia están pasando hambre, los funcionarios de salud registraron más de 15 mil 300 casos de desnutrición aguda en niños menores de cinco años el pasado año, lo que supone casi un 24% con referencia al 2018, es el mayor número de casos de desnutrición aguda desde 2015, cuando una severa sequía destruyó cosechas en toda Centroamérica.

Las comunidades rurales del Corredor Seco, región que se extiende por Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, están soportando la peor parte, con millones de familias indígenas empobrecidas afectadas duramente por el hambre.

Los guatemaltecos con suerte pueden encontrar flores de calabaza para acompañar el desayuno, pero en su mayoría sólo comen tortillas solas, después de una temporada de lluvias irregulares y una cosecha poco prometedora, casi el 80% del maíz cultivado en la región montañosa guatemalteca se perdió, según informó la Oxfam.

Todo lo que queda para muchas familias son pequeñas mazorcas de maíz con granos descoloridos que parecen dientes podridos que, en todo caso, son mejor que, morir literalmente, de hambre. Al menos 33 mil niños necesitan tratamiento médico urgente debido a la desnutrición aguda, según informa la Oxfam guatemalteca.

Centroamérica es una de las regiones más peligrosas del mundo fuera de las zonas de guerra, donde una mezcla tóxica de violencia, pobreza, drogas y corrupción ha obligado a millones de personas a huir hacia el norte en busca de seguridad.

Infierno Guatemalteco.
Para muchos guatemaltecos y centroamericanos, la situación es desesperada, esperando por una ayuda que, no llega, una vez que el maíz se agote, deben buscar desesperadamente trabajo, migrar al norte o de lo contrario arriesgarse a morir de hambre.

La ausencia de lluvias en los últimos años ha ocasionado un deterioro en la salud de miles de guatemaltecos

Ahora, la sequía, la hambruna y la batalla por la referencia a los recursos naturales están siendo cada vez más reconocidos como factores importantes en el éxodo que, tal parece estar empeorando. 2019 fue el año más seco en una década con sólo 65 días de lluvia, según el instituto nacional de sismología, vulcanología, meteorología e hidrología guatemalteco.

Los agricultores de subsistencia guatemaltecos, dependen de las precipitaciones, que son cada vez más erráticas, y la mayoría carecen de fuentes alternativas de agua, alrededor de un millón de ellos, que representan el 15% de la población, no pueden satisfacer actualmente sus necesidades alimentarias diarias, según el programa mundial de alimentos, PMA.

En medio de la creciente amenaza de hambruna, casi 265 mil migrantes guatemaltecos que buscaban trabajo, paz y seguridad alimentaria fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos en 2019, un aumento del 130% con respecto al año anterior.

El empeoramiento del hambre en toda la región es un factor prioritario, en el aumento de las caravanas de migrantes que intentan llegar a los Estados Unidos por tierra, según los propios analistas y migrantes que, han sido recibidas con represión y hostilidad por parte de autoridades mexicanas y estadounidenses que acusan a los migrantes y refugiados de subversión política y criminalidad.

El hambre no es un fenómeno nuevo en Guatemala: al menos el 60% de la población vive en la pobreza, cientos de miles de personas dependen de la ayuda alimentaria y casi el 50% de los niños sufren retraso en el desarrollo físico y cognitivo debido a la desnutrición crónica, por lo que, expertos advierten que la carga adicional del clima extremo está agobiando a estas comunidades, que han sido ignoradas y reprimidas durante mucho tiempo por el gobierno.

Fuente
HistoriasPrensaLibreElEconomista

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