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Las reformas neoliberales no funcionan en América

Las protestas en Colombia, Ecuador y Chile muestran que las reformas funcionan bien

Las protestas a nivel nacional continúan en Colombia a pesar del anuncio del presidente Iván Duque de una «conversación nacional» destinada a calmar los disturbios de noviembre, pero los gobiernos neoliberales, no parece atender los factores impulsores de la agitación colombiana.

Desde el principio fue claro que la iniciativa de Duque no ayudaría a calmar la situación, ya que el problema es mucho más amplio a primera vista, al igual a lo que sucedió en Chile, cuando Piñera lanzó una serie de iniciativas neoliberales, para tratar de dar una respuesta a los manifestantes, pero no sirvieron de nada.

Al arrojar luz sobre la naturaleza compleja de los disturbios colombianos, hay que destacar «el factor indígena» tanto en Colombia, como en Chile, Ecuador y Bolivia, pues son los más desprotegidos y están siendo asesinados extrajudicialmente, con la anuencia del gobierno.

Otro factor determinante en Colombia son las FARC, integrados al movimiento de protesta colombiano por la ruptura del acuerdo de 2016 y la muy discutida reforma agraria, porque Colombia es el país latinoamericano con el mayor nivel de concentración de la tierra a pesar de tener el tercer mayor número de trabajadores agrícolas, después de México y Brasil.

Gonzalo Fiore Vianí, abogado y analista político de Córdoba, Argentina, explica que, «el 1% de las granjas más grandes del país ocupa el 81% de la tierra, mientras que el 19% restante se distribuye entre el 99% de las granjas”.

“Según un estudio realizado por Oxfam Colombia en 2018, un millón de hogares campesinos ocupan el mismo lugar que corresponde a una vaca para pastar», acota Fiore, pero para complicar aún más las cosas, la tierra se ha concentrado aún más a lo largo de las décadas, señala: «En 1960 solo el 29% del país tenía granjas de más de 500 hectáreas, pero en 2002 la cifra ya era del 46% y en 2017, rápidamente aumentó al 66%».

Por su parte, Iván Duque, quien ha estado al timón desde el 7 de agosto de 2018, ha pedido reiteradamente que se derogue el acuerdo de paz con el grupo marxista, lo que llevó a los manifestantes a incluir la plena implementación de las disposiciones de paz de Bogotá-FARC a sus demandas contra las reformas neoliberales.

Además, el comité de huelga nacional ahora también exige que Duque inicie las negociaciones con el ejército de liberación nacional o ELN, la organización guerrillera restante del país, que proteja a los líderes indígenas y que desarticule a los paramilitares.

Políticas Neoliberales.
Después de semanas de protestas, Colombia no muestra signos de calmarse y el fracaso de los acuerdos de paz, la inseguridad y la violencia que sufren los líderes sociales y una serie de medidas económicas neoliberales e impopulares han alimentado las divisiones en el país.

La aplicación de políticas neoliberales ha fallado en Latinoamérica

Al evaluar la agitación en curso en América Latina, hay que subrayar que la mayor interrelación entre los conflictos en Chile, Ecuador y Colombia son las principales desigualdades que sufren las personas en esos países, especialmente en Chile y Colombia, que fueron ejemplos de que la aplicación de políticas neoliberales no funciona bien.

Durante las manifestaciones se derrumbó la construcción artificial de los avances neoliberales y se descubrieron las desigualdades de los sistemas. A principios de año parecía que solo Venezuela, Nicaragua o Haití serían el foco de graves conflictos sociales, sin embargo, se realizaron manifestaciones masivas durante los meses en Puerto Rico, Honduras, Perú, Chile, Colombia, Brasil, Honduras, Ecuador y Bolivia.

Una de las principales características de las protestas, como en el resto del mundo, es que no hay un liderazgo claro, sino una amplia gama de reclamos y, sobre todo, una gran frustración de la gente hacia la clase dominante tradicional, y hoy en día la organización anti neoliberales es mucho más determinante, debido a que las redes sociales y la inmediatez de la información, hacen mucho más simple su formación.

Las protestas colombianas estallaron el 21 de noviembre por los rumores de que el gobierno iba a aumentar la edad de jubilación y reducir el salario mínimo y las manifestaciones fueron acompañadas por violentos enfrentamientos con la policía antidisturbios que condujeron a toques de queda nocturnos en Cali y Bogotá.

Según algunas estimaciones, al menos cuatro personas murieron, 533 resultaron heridas y 172 detenidas, pero la agitación se ha convertido en uno de los disturbios laborales más grandes desde 1977 en el que al menos 13 fueron asesinados, más de 100 heridos y miles arrestados.

Fuente
CelagCepalHelsinki

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