Un fuerte aumento de la inseguridad alimentaria aguda sacude el mundo en 2022
Incluso antes de la guerra en Ucrania, la inseguridad alimentaria aguda aumentó en el mundo con casi 40 millones de personas adicionales en 2021. Y ya alcanza a unos 200 millones en todo el planeta. Todo, debido a los conflictos, el clima y las crisis económicas, advirtió el informe de la ONU.
El año pasado, 193 millones de personas en 53 países se encontraban en situación de inseguridad alimentaria aguda, es decir que necesitaban ayuda urgente para sobrevivir.
Pero incluso con ayuda alimentaria, muchas personas en el mundo sufren desnutrición aguda. Sufren así, de la inseguridad, al ser incapaces de satisfacer sus mínimas necesidades de alimentación.
La cifra de inseguridad, sigue aumentando desde 2016. En esta fecha, se publicó el primer informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura o FAO, el Programa Mundial de Alimentos o PMA y la Unión Europea.
Una triple combinación tóxica, aumentó la inseguridad alimentaria y la desnutrición
En el caso de América Latina y el Caribe, más de 12 millones de personas vivieron una grave crisis de inseguridad de alimentos en 2021. En especial Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Haití. Este último, siendo el más afectado con un 46% de su población en situación de emergencia.
El informe subraya que el impacto de la pandemia de covid-19 empeoró la crisis económica en esos países, ya afectada por las catástrofes naturales.
Sin embargo, los expertos consideran que, en esos países, se detecta una «parcial recuperación» económica. Tras la temporada de cultivos. Por ello, se espera que esto, contribuya a una disminución de las personas que padecen hambre a unos 10,8 millones.
Es probable que esa tendencia se vea atenuada por los altos precios de insumos agrícolas. Que limitan la producción y reducen la demanda de mano de obra agrícola.
El informe asegura que la guerra en Ucrania, que comenzó en febrero pasado, agravará la fragilidad de los países. Muy dependientes estos, de los cereales o fertilizantes rusos y ucranianos.
«La guerra ya puso en evidencia la interconexión y fragilidad e inseguridad, de los sistemas alimentarios», subrayó la FAO. Que advirtió, que las «perspectivas del futuro no son buenas».
«Si no hacemos más para apoyar a las zonas rurales, la magnitud de los daños vinculados al hambre y al deterioro del nivel de vida será dramática. Es necesaria una acción humanitaria urgente y a gran escala», agregó.
