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El Papa Francisco arremete contra la industria armamentística

Durante su mansaje Urbi et Orbi, Francisco arremete contra los fabricantes y traficantes de armas en el mantenimiento de las guerras

En su mensaje navideño, el pontífice arremete contra los fabricantes de armas y denunció el papel de los traficantes de armas en el mantenimiento de las guerras. Pidió paz para los países y regiones afectados por la violencia, como Ucrania, Siria, Irak, Yemen, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo

Un mensaje de paz que arremete como crítica a la violencia

El Papa Francisco pronunció el domingo su tradicional mensaje de Navidad desde el balcón de la basílica de San Pedro, ante miles de fieles y turistas que se congregaron en la plaza vaticana.

El pontífice, que cumplió 86 años el pasado 17 de diciembre, expresó su deseo de paz para el mundo, y recordó a las víctimas de la pandemia, de la pobreza, de la injusticia y de la persecución.

Pero el Papa también aprovechó la ocasión para lanzar una dura crítica a la industria armamentística, a la que acusó de ser responsable de alimentar los conflictos y de provocar el sufrimiento de millones de personas. Francisco señala que los fabricantes y traficantes de armas son «los que se benefician de la sangre de hombres y mujeres» y que «no se preocupan por la destrucción de la creación».

El Papa afirmó que la paz es un don de Dios, pero también una tarea de los hombres, que deben comprometerse con el diálogo, la justicia y la solidaridad. El Papa instó a los líderes políticos y religiosos a trabajar por el bien común, y a los ciudadanos a ser constructores de paz en sus familias, comunidades y sociedades.

Francisco arremete contra las armas y sus fabricantes.
Francisco dedicó su bendición del día de Navidad a pedir paz en el mundo y señaló que la historia bíblica sobre el nacimiento de Jesús en Belén transmitía un mensaje de paz.

Un llamado a la solución de los conflictos

El Papa Francisco hizo un repaso de los principales focos de violencia y de tensión en el mundo, y pidió el cese de las hostilidades y el respeto de los derechos humanos.

Mencionó especialmente la situación de Ucrania, donde se vive una guerra entre el gobierno y los separatistas prorrusos desde 2014, y que se ha agravado por la invasión rusa de febrero de 2022. Pidió el fin de la «guerra absurda» y el respeto de la integridad territorial y la soberanía de Ucrania.

Se refirió a los conflictos en Oriente Medio, donde destacó el caso de Siria, que lleva más de una década de guerra civil, con más de 500 mil muertos y millones de desplazados y refugiados.

Pidió el fin de la violencia y el inicio de un proceso político inclusivo, que respete la diversidad y la convivencia de los sirios. El Papa también recordó a las comunidades cristianas de Irak, que han sufrido la persecución y el terrorismo del grupo Estado Islámico, y que han visto destruidos sus lugares de culto y de memoria.

Francisco no se olvidó de otros países y regiones que viven situaciones de guerra, como Yemen, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, donde denunció la violación de los derechos humanos, la hambruna, la explotación de los recursos naturales y el reclutamiento de niños soldados.

El Papa también pidió la paz para la Tierra Santa, donde lamentó el aumento de la violencia y los enfrentamientos en los últimos meses, y para África, donde destacó el caso de Etiopía, que vive una crisis humanitaria por el conflicto en la región de Tigray.

Un desafío para la humanidad y la creación

El Papa concluyó su mensaje con una mirada a los desafíos que enfrenta la humanidad y la creación, y con una invitación a la esperanza y a la alegría. Recordó la urgencia de hacer frente a la crisis climática, que amenaza el futuro del planeta y de las generaciones venideras, y pidió el cumplimiento de los compromisos asumidos en la reciente cumbre de Glasgow.

Francisco también hizo un llamado a la responsabilidad y a la solidaridad frente a la pandemia, que ha causado más de 5 millones de muertos y ha agravado las desigualdades y la exclusión. El pontifice pidió el acceso universal a las vacunas y a los tratamientos, y el apoyo a los países más pobres y vulnerables.

El Papa afirmó que la Navidad es una fiesta de luz, de vida y de amor, que nos recuerda el nacimiento de Jesús, el Príncipe de la Paz, que vino al mundo para salvarnos y para mostrarnos el camino de la felicidad. Tambien invitó a los cristianos y a todas las personas de buena voluntad a acoger el mensaje de paz de Jesús, y a ser testigos y mensajeros de su amor en el mundo.

El Papa dijo que la paz es posible, si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, que nos hace capaces de perdonar, de reconciliarnos y de construir la fraternidad.

Fuente
AMElHorizonteMSNLaVanguardiaVaticano

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