El gobierno debe convencer al fondo de aceptar una renegociación de su deuda
Argentina, camina en la cuerda floja en los temas sobre la deuda que, retomó el centro de la atención, este miércoles cuando representantes del fondo monetario internacional, FMI, su mayor acreedor, desembarcaron en Buenos Aires, la tan esperada misión del FMI es la primera desde que el presidente Alberto Fernández fue juramentado en diciembre.
Fernández, tomó el poder en medio de una recesión paralizante, mientras el desempleo como la pobreza están fuertemente en alza, el valor del peso de Argentina, ha bajado, y según el instituto nacional de estadística y censos, la inflación fue de más del 50% en 2019.
El izquierdista moderado Fernández, ha hecho de la reestructuración de las deudas de Argentina, su misión clave en el camino hacia la recuperación, argumentando que los arreglos de pago actuales no son sostenibles.
Fue el ex presidente conservador Mauricio Macri quien, por negligencia, permitió el acuerdo de 56 mil millones de dólares con el FMI, el mayor préstamo en la historia del fondo, unos 44 mil millones de dólares han sido entregados hasta ahora a Argentina y los términos del acuerdo original indicaban que tenía que ser devuelta para 2023, pero es poco probable que eso suceda: el gobierno ya ha dicho que necesita más tiempo.
La reestructuración del acuerdo del FMI tendrá un impacto significativo en la previsión económica de Argentina y una renegociación más amplia con otros acreedores, en un discurso pronunciado el miércoles en el congreso argentino, el ministro de economía, Martin Guzmán, esbozó una estrategia para hacer frente a los desafíos económicos del país sudamericano.
«Para crecer, Argentina necesita aliviarse de esta asfixiante deuda», indicó Guzmán, a legisladores, líderes sindicales y representantes del FMI, “Se trata de una crisis en la que todas las partes son responsables. Argentina tiene responsabilidad, los tenedores de bonos que decidieron apostar por una tasa de riesgo y cobrar una alta tasa de interés en caso de que las cosas salieran mal … y el FMI es responsable», indicó.
Lo primero que el FMI va a querer es claridad de Argentina en su plan macroeconómico
Guzmán señaló que «hay mucho dinero en juego, y hay gente que está jugando con mucha fuerza» y «Estamos del lado de la gente», según las cifras en el sitio web del gobierno, Argentina está portando una deuda total de 311 mil millones de dólares.
Los bonos argentinos cayeron en valor el martes, y el riesgo país aumentó después de que el gobierno de Fernández anunciara que pospondría un pago principal de 1 mil 470 millones de dólares sobre la fianza AF20 del país que vencía el jueves.
En un comunicado el martes, el ministerio de economía expresó que seguiría pagando intereses sobre los bonos, aunque, aun así, señaló que la amortización se pospondrá hasta el 30 de septiembre de 2020, «con el fin de tener más tiempo para reestructurar este bono de manera coherente con la reestructuración del resto de la deuda externa».
Técnicamente, la acción constituye un incumplimiento, explicó la economista Argentina Lucía Pezzarini, señalando que no cumple con los términos del contrato, pero no en el sentido clásico ya que Argentina ha fijado una nueva fecha de pago, la visita del FMI es importante, y hasta ahora ha habido señales positivas del prestamista internacional.
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, asistió a una cumbre organizada por el Vaticano a principios de este mes junto con Guzmán y otros líderes financieros, en el pasado, Georgieva ha descrito las conversaciones con Argentina como «constructivas».
Si Argentina es capaz de confirmar el apoyo del FMI, será un precedente importante para el resto de las conversaciones, indicó Pezzarini, «No creo que ningún tenedor de bonos acepte una reestructuración si aún no tiene un acuerdo con el fondo», «Por supuesto, todavía necesitamos ver qué significa el apoyo del fondo», agregó.
