Un refugiado venezolano, fue visto por última vez saliendo de su trabajo en la ciudad colombiana de Tuluá para reunirse con algunos amigos. Este dejó atrás todas sus pertenencias personales, y nadie lo vio desde entonces. Desde 2015, más de 1 mil 500 venezolanos desaparecen y solo una fracción de los casos se resuelven.
La falta de acceso a la justicia agrava los desafíos que enfrentan las familias que quedaron angustiadas. La violencia y la conflictividad se exacerbaron a lo largo y ancho de la línea fronteriza venezolana. Mientras, los refugiados son víctimas de homicidios, enfrentamientos entre actores armados, secuestros, contrabando y narcotráfico.
Los refugiados desaparecen a diario en lo que se convirtió en el paisaje de la frontera entre Colombia y Venezuela. En el área metropolitana de Cúcuta las dinámicas en las trochas que comunican con Venezuela son alarmantes.
Incontables feminicidios, masacres y el pago de vacunas, se cobran a los migrantes para cruzar la frontera. Ahora los venezolanos enfrentan los peligros de Colombia, mientras desaparecen adultos y cientos de niños.
A diario hay noticias de refugiados que desaparecen por infinidad de factores, mucho más peligrosos que la crisis o la persecución política
Los menores de edad son los más vulnerables en medio de la ilegalidad, quienes constantemente reciben ofertas de grupos armados y bandas delincuenciales.
La explotación sexual o el sicariato son algunos de las propuestas a niños y niñas. Algunos de ellos son asesinados o desaparecen. Expertos señalan al grupo delincuencial «Tren de Aragua» como una de las organizaciones criminales de mayor poder en esta región. Pero, la realidad es más dura.
A diario, más de 16 mil personas cruzan por el puente internacional Simón Bolívar y el puente Francisco de Paula Santander. Un gran porcentaje de migrantes o colombianos residentes en Venezuela usan los pasos ilegales para circular en la frontera.
De acuerdo con Migración Colombia, 250 mil menores de edad no acompañados cruzaron la frontera desde el año 2015 y seis millones de venezolanos salieron del país. Mientras, el proceso de expansión y de control territorial del ELN, y la presencia de dos carteles mexicanos en Norte de Santander terminaron por desbordar la violencia.
La organización venezolana Fundaredes informó que, en el Táchira, estado limítrofe con Norte de Santander, al menos 45 personas han sido víctimas de desaparición durante el primer trimestre del 2022. La cifra en todo el corredor fronterizo venezolano asciende a 96 desaparecidos. Además, 14 víctimas son niños, niñas o adolescentes.
Estas amenazas dejan en evidencia los múltiples peligros a los que se enfrentan los migrantes y los menores de edad. Estos luego de atravesar el peligroso país, en su otra frontera, deben enfrentarse al Tapón del Darien, para cruzar hacia EEUU.
