La relación de Fernández con Maduro, tendría repercusiones en la política del FMI
Venezuela puede plantear otro desafío a la capacidad de Fernández de renegociar los términos de un paquete de ayuda del fondo monetario internacional, FMI y puesto que la relación de Alberto Fernández con Caracas podría afectar negativamente las relaciones entre Buenos Aires y Washington, por ende, sus relaciones con el fondo, pero la postura del presidente electo argentino, Alberto Fernández, sobre Venezuela es particularmente pacifista.
Una carga de deuda imponente y la incertidumbre sobre sus políticas económicas ya limitan el espacio de Fernández para una renegociación de la línea de crédito récord, pero sus opiniones sobre el régimen venezolano de Nicolás Maduro también son más suaves que las del saliente Mauricio Macri.
Un enfoque más comprensivo hacia Maduro podría perjudicar la posición de Argentina con el presidente Donald Trump, quien ha puesto las relaciones con Venezuela entre sus prioridades en América Latina, puesto que Estados Unidos tiene la mayor influencia en el FMI como su mayor accionista y fue clave en la aprobación del paquete de 56 mil millones de dólares entregado a Macri el año pasado en medio de una fuerte crisis monetaria.
«Cualquier política que el nuevo gobierno decida hacer con Venezuela tendrá repercusiones en la relación bilateral con Estados Unidos», afirmó Héctor Torres, un ex director ejecutivo del FMI de Argentina que representó a países sudamericanos, «Argentina depende en gran medida del FMI y Estados Unidos tiene mucho interés en Venezuela en este momento«.
Durante la campaña, Fernández sugirió que Argentina podría abandonar el grupo de Lima, un equipo ad-hoc creado en 2017 por naciones que buscan elecciones libres en Venezuela, y alinearse con México y Uruguay, que han adoptado un enfoque menos conflictivo, también se opuso a llamar a Venezuela una dictadura, un término que Macri ha usado repetidamente.
Una semana después de vencer a Macri en las elecciones, Fernández aún no ha comentado específicamente sobre su política para el país afectado por una profunda crisis humanitaria y económica, un portavoz del departamento norteamericano para asuntos del hemisferio occidental indicó que «la crisis en Venezuela ya ha formado parte de la discusión con el nuevo equipo argentino, y esperamos trabajar juntos para ayudar a los venezolanos a recuperar la democracia y el estado de derecho que se les niega».
El FMI, puede tener la capacidad de indicar la política internacional de los Fernández
Un portavoz del FMI explicó que «la decisión de apoyar el programa económico de un país con préstamos del FMI es una prerrogativa de la junta ejecutiva del FMI, que representa a los 189 miembros del fondo», decisión que estará determinada en las opiniones argentinas sobre Venezuela.
Fernández puede comenzar a mostrar sus tarjetas de política exterior en México, donde realiza su primer viaje internacional como presidente electo en un guiño a los gobiernos izquierdistas de la región, se reunió este lunes con el presidente Andrés Manuel López Obrador, un líder que se ha esforzado por mantener distancia del grupo de Lima, pidiendo una resolución pacífica en Venezuela sin etiquetar a Maduro como un dictador.
Si Fernández adopta una postura intermedia similar, será vetado, pues no estaría alineado con las políticas de Estados Unidos, señaló Benjamin Gedan, ex director del consejo de seguridad nacional de la Casa Blanca para América del Sur en la administración de Barack Obama.
«Probablemente provocaría una respuesta negativa de la administración Trump y podría poner en peligro el apoyo de Estados Unidos, ergo, del FMI», expresó desde Washington, «eso es particularmente porque el presidente Trump es un líder muy transaccional».
Gedan señala que la relación de Argentina con los Estados Unidos no depende de muchos otros temas más allá del FMI y Venezuela, lo que deja a Fernández, quien jura el 10 de diciembre, con pocas alternativas para apaciguar a Trump.
El viernes, Trump llamó a Fernández para felicitarlo y le señaló que le pidió al FMI que trabajara con el gobierno entrante, Fernández le indicó a Trump que esperaba que tuvieran una relación «cordial», según un comunicado distribuido por el equipo de prensa del presidente electo en Argentina.
Sin duda, el FMI negociará con Argentina a través del prisma de las políticas económicas, no de la política exterior, expresó Claudio Loser, un argentino que se desempeñó como director del fondo del hemisferio occidental entre 1994 y 2002, pero lazos más estrechos con Venezuela aumentarían las tensiones en caso de que Fernández se le ocurre un programa económico «muy indisciplinado», pero no sería suficiente para descarrilar el programa.
«Los argentinos tendrán que ir más allá de tener relaciones más estrechas con Venezuela para que el FMI retenga su ayuda», indicó Loser.
Torres, el ex funcionario del FMI, indica que existe la posibilidad de que la estrategia de Fernández encarne una frase que hizo famoso Juan Perón, el tres veces presidente argentino del siglo pasado y fundador del movimiento político Peronismo: encienda la señal de giro a la izquierda, pero luego vaya a la derecha.
«Parte de lo que Alberto Fernández está haciendo al visitar AMLO y dar señales de que el grupo de Lima no es su favorito, es poner la señal de giro a la izquierda, pero puede girar el volante a la derecha», afirmó Torres, «soy optimista de que Fernández sea pragmático».
