La ultra derechista olvidó todas las violaciones de derechos durante su interinato
Miriam Amancay Colque, portavoz del movimiento de resistencia Bartolina Sisa, ofreció un mordaz comunicado de prensa sobre la respuesta de la comunidad indígena a una carta abierta de la expresidenta interina boliviana, Jeanine Añez.
Colque criticó la carta, acusando a Añez de auto victimización y sufriendo de «amnesia total». Añez fue juramentada en el poder y respaldada por grupos de derecha luego del golpe de estado liderado por Luis Fernando Camacho.
El líder del comité cívico Marco Pumari y otros «al estilo de Juan Guaidó», estaba violando el artículo 169 de la constitución boliviana. «Después de 40 años de democracia, Añez violó la constitución de la nación», indicó Colque en respuesta a la carta.
Agregó que Carlos Mesa, denunció las elecciones de 2019 como un fraude y llamó a la violencia. Que llevó a la “quema de tribunales electorales departamentales, renuncias forzadas” del anterior gobierno de Evo Morales.
En la carta de Añez, no escribió que Bolivia vivió un «clima de terror», mientras dejó a todos en «abandono y sin atención médica»
Mesa y Añez han sido acusados por varios delitos, entre ellos, la brutal tortura del hermano del expresidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda.
«Así es como Añez llegó al poder después de una violenta ola represiva, gritando Dios ha vuelto al Palacio, Pachamama nunca más y pisoteando nuestra Wiphala», eso no está en la carta.
En la carta no está el decreto supremo 4078, que otorga inmunidad a los militares involucrados en las masacres de Sabaca y Senkata. Ni lo ocurrido en El Pedregal, Ovejuyo, Rosales, Betanzos y Yapacaní.
El alto mando de las fuerzas armadas también violó el artículo 244 de la constitución al respaldar el golpe de Estado explicó. Además, la policía violó el artículo 251 después de proteger a los grupos paramilitares bajo la dictadura de Añez.
El anterior gobierno golpista asesinó almenos a 37 indígenas e hirió a más de 800. Hubo más de 1 mil 500 encarcelados y torturados, «Jeanine Añez no es inocente. Sus manos están manchadas de sangre».
