Brasil y Bolsonaro se desligan de Irán
El presidente Bolsonaro afirma estar alineado con norteamérica
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, comentó este domingo que está «alineado con las políticas» de Estados Unidos sobre Irán y que su gobierno no había discutido su decisión de no vender combustible a dos petroleros iraníes atrapados en el país sin discutirlo con Washington.
Los dos barcos, Bavand y Termeh, están llenos de toneladas de maíz de Brasil que Irán acordó comprar desde hace tres meses y a pesar de que las autoridades brasileñas entregaron el maíz, ya que no está sujeto a ninguna sanción internacional, se negaron a vender a los barcos el combustible de petróleo necesario para que regresen a Irán para asegurarse de que no violaría las sanciones de Estados Unidos a la industria petrolera iraní.
El domingo, se le preguntó a Bolsonaro si había ordenado a Petrobras, la industria petrolera estatal del Brasil, que no vendiera el combustible al barco en respuesta a una solicitud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al responder si había hablado directamente con Trump, Bolsonaro respondió: «sobre ese tema específico, no».
“Sin embargo, hay ciertas cosas en las que no es necesario conversar”, añadió Bolsonaro añadió, «estamos alineados con su política, por lo que sabemos lo que tenemos que hacer», Bolsonaro agregó que su régimen había advertido a las compañías petroleras de Brasil que podrían caer bajo las sanciones estadounidenses si hacen negocios con Irán.
Bolsonaro ha logrado que mejorar las relaciones bilaterales con los Estados Unidos sea una prioridad desde su campaña presidencial el año pasado y como presidente, ha trabajado para colaborar con la administración Trump.
Los dos presidentes se reunieron más recientemente el mes pasado en Japón para la cumbre del G-20, donde Bolsonaro comentó: “Apoyo a Trump, apoyo a los Estados Unidos y apoyo su próxima reelección».
Los informes de la semana pasada revelaron que los barcos de carga iraníes estaban fuera de servicio debido a la falta de combustible e indicaron que los barcos transportan colectivamente 116 mil toneladas de maíz, una posible solución para Irán en la situación actual es enviar un tercer barco a Brasil con combustible para los otros dos, una empresa costosa y que consume mucho tiempo.
Brasil prefiere afectar su economía gravemente que no estar en sintonía con Trump
Bajo las administraciones socialistas que precedieron a Bolsonaro, Brasil amplió sus vínculos con Irán, que ha mantenido relaciones amistosas con los regímenes más represivos de América Latina, Irán confía en Brasil para gran parte de sus compras de alimentos, un hecho que ha generado cierta preocupación en el país desde que el cumplimiento de las sanciones norteamericanas se hizo obligatorio dentro del país.
Brasil goza de un tremendo superávit comercial con Irán, pues la nación sudamericana vendió 1 mil 300 millones de dólares en productos a Irán de enero a junio de 2019, un aumento del 22% respecto al mismo período del año pasado, y compró unos escasos 26 millones de dólares, Brasil vende aproximadamente una quinta parte de su producción de maíz a Irán.
Si bien los lazos con Irán pueden impulsar la economía brasileña, el régimen islamista representa una amenaza importante para la seguridad nacional del país a través de sus alianzas con regímenes desestabilizadores en la región y la supuestamente creciente presencia de su poder terrorista, Hezbollah, en América del Sur.
Voces locales han estado advirtiendo sobre el creciente perfil de Hezbolá en el área de la triple frontera, la región interior donde se encuentran Brasil, Paraguay y Argentina y medios de noticias argentinos citaron a profesionales locales de la ley y expertos en terrorismo que advirtieron que el perfil de Hezbollah estaba aumentando sus alianzas con las principales pandillas de drogas de Brasil, el comando rojo y el primer comando de capital.
Las bandas de narcotraficantes han controlado el tráfico de cocaína y otros estupefacientes en todo el continente y durante años se involucraron en extrema violencia unos contra otros, las guerras de pandillas provocaron disturbios en las prisiones en la profunda región amazónica de Brasil, en la que los presos asaron a la parrilla a miembros de pandillas rivales y se los comieron.
Tras la elección de Bolsonaro, los líderes de las pandillas acordaron unirse para provocar el caos y garantizar la eliminación de Bolsonaro del poder a cambio de un presidente más indulgente, pero fuera de sus alianzas con pandillas violentas a través de Hezbollah, el régimen iraní es un aliado formal del venezolano Nicolás Maduro.
Maduro dio a un funcionario descrito como «uno de los grandes hombres de la bolsa de Hezbollah», Tareck El Aissami, el control la industria petrolera de la nación, “Hezbolá disfruta de una especie de impunidad en Venezuela… Obtienen documentos y pasaportes venezolanos y pueden vivir y operar libremente en el lado este del país”, comentó en enero el líder de la oposición venezolana, Julio Borges.
“Las relaciones entre los dos países ha sido muy buena y estrecha en los últimos años, y continuara bajo el mandato del presidente Nicolas Maduro,” comentó el presidente de Irán, Hassan Rouhani en febrero, indicando que ambos países “luchan contra el imperialismo norteamericano y (que) el pueblo venezolano va a ganar esta lucha».
