Fallo de la corte brasilera puede liberar a Lula

Miles podrían beneficiarse, de la sentencia que termina la regla de prisión obligatoria

La corte suprema de Brasil revocó el jueves una ley que exige que los criminales condenados vayan a la cárcel después de perder su primera apelación, un fallo políticamente cargado que puede llevar a la liberación del ex presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva.

La reinterpretación del código penal de Brasil, que permite a los convictos agotar sus opciones de apelación antes de ser encerrados, podría beneficiar a docenas de prisioneros de alto perfil, entre ellos Lula, encarcelados el año pasado por corrupción.

Lula, líder izquierdista de 74 años, que fue presidente entre 2003 y 2010, fue favorecido para ganar las elecciones de 2018, pero su encarcelamiento le impidió postularse, cerca de 5 mil condenados podrían potencialmente beneficiarse del fallo que ha sido criticado por el ministro de justicia del país.

Con una votación de 6 a 5, el tribunal revocó una norma de tres años que contribuyó al éxito de la mayor investigación de corrupción de Brasil, la llamada operación de lavado de autos, LavaJato, que puso a docenas de ejecutivos y políticos de la compañía en la cárcel por sobornos.

La posibilidad de cumplir una pena de prisión inmediata después de perder una primera apelación alentó a los sospechosos a negociar acuerdos de declaración de culpabilidad con los fiscales, brindándoles información que ayudó a desentrañar el mayor esquema de corrupción en la historia de Brasil.

Lula ha estado en prisión desde que Sergio Moro lo inculpo porque tenía la certeza de que era culpable

Los fiscales de LavaJato, informaron que el fallo dificultará su trabajo y favorece la impunidad debido a los procesos de apelación «excesivos» de Brasil, dijeron en un comunicado que la decisión del tribunal no estaba sincronizada con un país que quiere poner fin a la corrupción.

Los abogados de Lula indicaron que buscarían su liberación inmediata por el tribunal inferior que lo condenó, fue encarcelado en 2018 durante ocho años y 10 meses después de ser declarado culpable de aceptar sobornos de empresas de ingeniería a cambio de contratos con el gobierno.

Lula, el primer presidente de la clase trabajadora de Brasil, dejó el cargo con altas calificaciones de popularidad gracias a las políticas sociales que sacaron a millones de la pobreza, pero sus críticos dicen que arruinó el país al permitir que floreciera la corrupción.

Su liberación aumentaría las tensiones en una nación polarizada que eligió al presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro el año pasado, de ser liberado, Lula estaría libre de involucrarse en política, pero no sería elegible bajo la ley de registro limpio de Brasil para buscar un cargo electo durante ocho años después de su primera condena en junio de 2017.

«Lula no es elegible, pero eso no es necesario para que él tome el centro del escenario», señaló el analista político Alberto Almeida, «puede atraer a más políticos del centro y terminar como un negociador para el candidato de su partido en las elecciones presidenciales de 2022».

Su partido de los trabajadores acogió con beneplácito la decisión del tribunal, su líder, Gleisi Hoffmann, lo calificó como «un paso muy importante para fortalecer la democracia y la constitución en un momento en que están amenazados por un gobierno de extrema derecha».