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Insectos comestibles la nueva alternativa

El consumo de insectos está ganando la batalla de la carne, pero aún falta un largo camino por recorrer

En este siglo, la población mundial ascendió a más de 9 mil millones de habitantes. Lo que supone una mayor necesidad de alimentos para las hombres y animales que forman parte de nuestra dieta diaria. Por tal motivo, la producción de proteínas se hace cada vez más complicada. Dado que sólo para cubrir la demanda de carne, millones de toneladas de alimento deberán ser producidas sólo para el pienso de las granjas. Porque, no buscar una alternativa y es que cada vez son más las voces que llaman a fomentar el consumo de insectos que daría un respiro a la necesidad de alimentación.

El consumo de insectos o entomofagia es una práctica muy habitual en numerosos países de todo el mundo. Principalmente en Asia, África y América Latina, según el fondo de la ONU para la alimentación y la agricultura o FAO, esta es primordial. Tambien, manifiesta que existen una media de 2 millones de personas alrededor del mundo que tienen como fuente principal de proteínas a los insectos.

La FAO, expone en su informe anual, que se estimaban casi 150 billones de cabezas de ganado alrededor del mundo. Esto implicaría unas tres por cada humano. Pero, lo más insólito es que cada animal, tiene la capacidad de lanzar a la atmosfera, como desecho de su ingesta de alimentos unos 300 litros de metano al día. Lo que las convierte en el principal productor de gases de efecto invernadero como el metano y óxido nitroso que son mucho más dañinos que el CO2. Sólo por detrás de la actividad industrial del hombre.

Uno de los factores preponderantes es la necesidad de reducir a la mitad la cantidad de residuos de alimentos. Para mitigar la acción de estos en el medio ambiente y mantenerla equilibrada a la gestión de la demanda de productos alimenticios. Porque en particular es esta la que produce más daño al sistema natural, ya que el cambio de las dietas globales están en relación directa al cambio climático. Reducir el impacto en al menos la mitad, podrían mitigar algunos de los gases de efecto invernadero causantes del efecto invernadero.

Insectos Comestibles.
Los insectos, como los escarabajos, los saltamontes, las hormigas, los gusanos o los grillos, son fundamentales para reducir el despilfarro insostenible que supone la producción cárnica industrial.

La transición a un nuevo modelo de producción, consumo y alimentación

En un informe emanado por el departamento de Ingeniería de Cambridge, afirma que “como los seres humanos en todo el mundo comen más y más carne. La conversión de las plantas a la alimentación es cada vez menos eficiente. Y es imperativo encontrar maneras de lograr la seguridad alimentaria mundial sin necesidad de expandir los cultivos o pastos”, cuestiona Bojana Bajzelj líder del estudio.

Pero qué hay de los insectos, en la actualidad la FAO estima que a nivel mundial se consumen más de 1 mil 900 especies de insectos. Una cifra que aumenta de forma constante a medida que se realizan estudios sobre esta cuestión. En la mayoría de los casos, según la fundación de la ONU, las especies se recogen directamente del medio natural como siempre lo realizaron.

Actualmente se alimentan o tienen dentro de su dieta insectos consumen, según datos disponibles por la FAO. Escarabajos o coleópteros, en un 31%. Orugas o lepidópteros, en 18%. Abejas, avispas y hormigas o himenópteros, 14%. Saltamontes, langostas y grillos u ortópteros, en 13%. Cigarras, fulgoromorfos y salta hojas, cochinillas y chinches o hemípteros, en 10%. Termitas o isópteros, 3%. Libélulas u odonatos, en 3%. Moscas o dípteros, 2% y de otros órdenes, en un 5%.

Y es que los bichos proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne o el pescado. Aunque esto puede variar en función de su fase de desarrollo o el hábitat. Se pueden considerar a los insectos como especialmente importantes como un complemento alimenticio para los niños desnutridos o principal fuente de alimento. Mientras. la mayoría de las especies contienen niveles elevados de ácidos grasos, son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y zinc.

En este sentido la producción de insectos puede tener muchas vertientes, ya que pueden dedicarse exclusivamente al consumo humano o servir de alimento más sustentable para el ganado. Incluso, materia prima para diversas creaciones tanto gastronómicas como de fertilizantes, a su vez, su producción reduce en gran medida el impacto ambiental.

Como dato importante, el banco interamericano de desarrollo, BID, asevera que los insectos necesitan mucho menos espacio, agua y alimento que el ganado. Además de poder cultivarse en desperdicios de alimentos volviendo útiles este tipo de desechos. Devido a que su crianza a pequeña escala puede dar sustento a millones de familias en los países en desarrollo. Especialmente en los trópicos donde es más endémico el problema de la pobreza y la desnutrición.

Los insectos no plantean un riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, las que se transmiten de los animales a los humanos, como la gripe aviar o la H1N1 o enfermedad de las vacas locas. Según la FAO, por el momento, no se conocen casos de transmisión de enfermedades o parasitoides a humanos. Al menos, derivados del consumo de insectos siempre que éstos hayan sido manipulados siguiendo las normas de higiene.

La FAO indica, que manteniendo las reglas básicas que se suelen emplear para otros alimentos, no ha existido información de peligro. Aunque, el organismo reconoce que «debe investigarse más a fondo». Porque si hay casos en los que se pudiesen presentar alergias a ciertas especies, tal como las que provocan los mariscos en algunas personas.

Fuente
Ticbeat

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