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Se mueve el iceberg A23a, el más grande registrado

Imágenes satelitales muestran que el iceberg A23a, se está moviendo más allá del extremo norte de la Península Antártica hacia el Antártico.

El bloque de hielo, que se separó de la Antártida en 1986, A23a, comenzó a desplazarse por el océano después de más de 30 años de estar estancado.

El iceberg más grande del mundo, conocido como A23a, ha entrado en movimiento tras permanecer más de 30 años encallado en el fondo del mar de Weddell, cerca de la Antártida. El bloque de hielo, que tiene una superficie de unos 4 mil kilómetros cuadrados, equivalente a 28 veces la ciudad de Sevilla, se ha desprendido de su posición y se dirige hacia el Atlántico Sur.

El A23a se formó en 1986, cuando se desgajó de la plataforma de hielo Filchner, en la costa oriental de la Antártida. Desde entonces, ha permanecido anclado en el mismo lugar, actuando como una isla de hielo. Sin embargo, en los últimos meses, los científicos han observado que el iceberg ha perdido tamaño y peso, lo que le ha permitido liberarse de su agarre y empezar a deslizarse por el océano.

Los expertos creen que el movimiento del A23a se debe a varios factores, como el cambio climático, que ha elevado la temperatura del agua y del aire, y ha provocado el derretimiento de los glaciares; las corrientes marinas, que han empujado al iceberg hacia el este; y los vientos, que han influido en su trayectoria.

Iceberg A23a se está moviendo.
Una imagen satelital del iceberg más grande del mundo, llamado A23a, visto en la Antártida, el 15 de noviembre de 2023.

Es probable que A23a sea expulsado a lo que se llama la Corriente Circumpolar Antártica

El A23a es el iceberg más grande que existe actualmente, aunque no el más grande de la historia. Ese título lo ostenta el B-15, que se separó de la plataforma de hielo Ross en el año 2000, y tenía una superficie de unos 11 mil kilómetros cuadrados, casi el tamaño de Jamaica. El B-15 se fragmentó en varios pedazos, que se dispersaron por el océano.

El destino del A23a es incierto, pero los científicos estiman que seguirá el camino conocido como el “callejón de los icebergs”, que es la ruta que siguen la mayoría de los bloques de hielo que se desprenden de la Antártida. Este camino los lleva hacia el norte, donde se encuentran con aguas más cálidas que aceleran su desintegración.

El A23a representa un riesgo potencial para la navegación y la vida marina, especialmente si llega a encallar en alguna isla, como ocurrió con el A68a, que se aproximó a la isla de Georgia del Sur el año pasado, y amenazó con afectar a los ecosistemas locales. Sin embargo, el A23a también tiene beneficios, como el aporte de nutrientes y minerales al océano, que favorecen el crecimiento del plancton y de otras especies.

El A23a es un ejemplo de la dinámica y la fragilidad de la Antártida, que es una zona clave para el estudio del cambio climático y sus efectos. El A23a también es un recordatorio de la importancia de proteger el medio ambiente y de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los principales responsables del calentamiento global y del deshielo de los polos.

Fuente
YucatánDebateElCorreo

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