El comando de campaña de los aliados, se desmantela mientras se cuentan los votos
La candidata presidencial de derecha peruana Keiko Fujimori ha apelado al presidente Francisco Sagasti para pedir una auditoría internacional independiente. Mientras sus aliados la abandonan y sus aliados corporativos pierden la paciencia.
En toda América Latina, los movimientos políticos de izquierda se siguen afianzando. En muchos casos liderados por figuras indígenas que han unido las luchas de los campesinos indígenas y los trabajadores industriales urbanos contra los gobiernos pro empresarios amigos de Washington.
«Basta ya», declaró un editorial dominical en el periódico conservador pro fujimorista El Comercio, propiedad de la poderosa familia Miró Quesada. «Hoy está claro que lo que empezó con el uso de recursos legales legítimos para cuestionar la idoneidad de algunas boletas”.
Otro de sus aliados, destacó la imposibilidad de anular la elección, declarando que «a estas alturas, nadie afirma seriamente que la hija de Alberto Fujimori ganara las elecciones».
Los aliados de ambas partes están de acuerdo que es hora de terminar con el falso conteo
La segunda vuelta de las elecciones para presidente de Perú se llevó a cabo el 6 de junio. Y a pesar que han pasado 4 semanas de intentos de los aliados de Fujimori, por cambiar la balanza. El candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, se ha mantenido a la cabeza. Con 44 mil votos más que Fujimori al final del escrutinio.
Fujimori, trata de anular cientos de miles de papeletas alegando fraude electoral por parte de Castillo. Aunque no ha presentado pruebas que respalden sus afirmaciones. Y lanzó su último intento enviando una carta a Sagasti, instándolo a pedir a los organismos internacionales que realicen una auditoría electoral.
«Creo que lo importante aquí es que es fundamental respetar a las organizaciones encargadas de realizar las elecciones y respetar la voluntad del pueblo, que se expresará el 6 de junio. Así que mantengamos la calma», señaló a sus aliados Keiko. Sin embargo, en Perú, Estados Unidos, la OEA, la unión europea y otros observadores internacionales han certificado la elección como libre y justa. Aclamaron a la oficina nacional de procesos electorales, ONPE, por un trabajo bien hecho. El único grupo que denuncia fraude es fuerza popular, el partido de Fujimori y sus aliados.
