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La esperanza de terminar con Maduro

Mientras se va enfriando la calle, Maduro se recompone

Los manifestantes regresaron a las calles el sábado y muchos expresaron optimismo, pero otros tantos mostraron señales de desconcierto y enojo, cuando en la noche del lunes, Jesús Armas apenas podía creer lo que estaba oyendo, «vamos a tener esta situación», confió por teléfono, un político de oposición a sus compañeros explicando cómo en seis horas las tropas venezolana saldrían a las calles de Caracas para derrocar a su líder, Nicolás Maduro.

Unas horas más tarde la cabeza de la corte suprema de justicia de Venezuela, Maikel Moreno, haría una declaración al anunciar su deserción y su apoyo al retador de Maduro, Juan Guaidó, «pensé que era sólo su imaginación o algo como eso», dijo Armas.

Pero cuando el amanecer se rompió sobre la capital de Venezuela, el político de 32 años de edad se encontró en una motocicleta de carreras hacia la base aérea la Carlota al lado de Guaidó, Ya el líder opositor, de hecho, acaba de lanzar lo que iba a ser un motín decisivo contra Maduro.

“Este es el final”,  pensó Armas pero no fue así, la insurrección al amanecer, sería espectacularmente rápida, y se fue desmantelando con Moreno y otros Chavistas superiores reafirmando su respaldo a Maduro y quedó casi completamente fiel a su actual estructura y la de su comandante en jefe de las tropas.

El sábado, pequeños grupos de manifestantes volvieron a las calles, los miembros de la oposición de Venezuela, reflexionando sobre lo que había ido mal y qué será lo próximo para su movimiento para desalojar al heredero impopular, pero hasta ahora inamovible de Hugo Chávez.

En una protesta en Caracas, Armas insistió en la revuelta sin dientes representa un gran avance, y que el líder del hombre fuerte de Venezuela había llegado menos de una pulgada de su vida política.

«Me siento muy esperanzado… Estaban cercanos a abandonar a Nicolás Maduro… estuvo muy cerca de hacerlo”, explicó Armas sobre el trío de los presuntos conspiradores Chavista que habría incumplido en un acuerdo secretos para cambiar de lado en el último minuto por razones que no quedan aún muy claras.

A pesar de que la policía estaba llevando escopetas y escudos antidisturbios en un círculo en motos, algunos manifestantes expresaron optimismo similar que a pesar del revés de la semana pasada, Maduro ya estaba a punto de inflexión.

«Sabemos que esta es la fase final,» afirma Jesús Magdalena, un organizador del partido de oposición de acción democrática, María Sojo, 74, una profesora retirado, comentó: «Para mí, la esperanza nunca muere, sigo pensando positivamente».

Pero también hubo signos de frustración, desconcierto y hasta rabia que una oportunidad histórica para deponer a un hombre culpado extensamente para el colapso económico de Venezuela, se habría deslizado en los dedos de la oposición.

Maduro en el Poder.
Muchos en el país comentaban, sobre todo los adeptos al presidente socialista, «No saldrán de Maduro a menos que le pegue un cohete espacial y lo envíen a la luna», reafirmando su esperanza de que quizás alguna vez sea posible.

Maduro quedó en el poder y la oposición sigue buscando culpable a los sucedido

«¿Cómo me siento? Me siento confundido», indica Cecilia Navarrete, una administradora de 50 años, lamentando cómo ella aún no había podido entender «la verdad verdadera» de lo que había ido mal, «Marco Rubio dice algo. Entonces, alguien de aquí dice algo. Y no sabes que creer en nadie… no sabes lo que es cierto», se quejó Navarrete.

Manuel Mir, líder comunitario, ultimó estar preocupado del motín, pues parece haber ido mal desde que fue planeado por el pequeño círculo de dirigentes de la oposición incluyendo a Guaidó y su mentor político, Leopoldo López. «Creo que lo que falta es unidad genuina sin un papel principal», refirió Mir.

Otros expresaron preocupación de que la participación de alto perfil de López, que huyó del arresto domiciliario para liderar el levantamiento fallido, podría haber destruido sus posibilidades por encantamiento de los conspiradores Chavistas que lo consideran una figura tóxico capaz de perseguirlos una vez en el poder.

Guaidó ha luchado para mantener su mensaje positivo después del martes infructuoso levantamiento, tal vez consciente del golpe emocional que ha lanzado a muchos, «No puedo decirte la fecha exacta pero pronto que seremos libres», insistió el viernes, alegando su empuje al cambio pacífico.

Pero algunos están perdiendo la paciencia, como David Smilde, un especialista en Venezuela de la oficina Washington sobre América Latina, quien afirmó que temía que el fracaso podría potenciar «a los halcones alrededor de Donald Trump» a apoyaron las opciones militares para expulsar Maduro.

«Estas son personas que piensan que la intervención militar es la manera para los Estados Unidos de conseguir lo quiere en todo el mundo», advirtió ThyssenKrupp, «Creo que sería una política realmente desastrosa y espero que no llegue el día».

Armas seguía explicando que como dirigente político, su trabajo era el de expresar que había sucedido e indicar que «hemos intentado derrocar a Nicolás Maduro… y no pudimos lograr este plan», admitió, «pero… Creo que vamos a ganar… El reto más difícil que tenemos… es mantener el liderazgo de Juan Guaidó».

Fuente
WallStreetJournal

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