El consulado norteamericano ha impuesto un toque de queda por aumento de la violencia
El consulado general de los Estados Unidos en la ciudad mexicana de Nuevo Laredo ha restringido el movimiento de su personal debido a un brote reciente de violencia, «El personal del gobierno de los Estados Unidos está sujeto a restricciones en sus movimientos y un toque de queda nocturno hasta nuevo aviso», escribió el consulado en Twitter.
Se aconsejó al personal del consulado que se mantuviera alejado de los lugares públicos y que supervisara los medios locales para obtener nueva información, el viernes, según los medios, hubo seis disparos, incluido un ataque contra un convoy de policía, en el que murió un criminal armado.
El jueves, siete personas murieron en tres tiroteos, incluido un soldado, anteriormente, tres familias mormonas estadounidenses sufrieron un ataque salvaje en el norte de México, donde nueve personas perdieron la vida, expresó el ministro de seguridad mexicano.
Designar a los carteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas encabeza las propuestas de estrategia del gobierno de EE. UU., luego de la reciente masacre de la familia mormona en un área del norte de México donde los carteles están activos, comentó el comisionado interino de protección de fronteras, CBP, Mark Morgan.
«Somos absolutamente colectivos del USG, gobierno de los EE.UU., que tienen esas discusiones sobre qué más podemos hacer para atacar absolutamente a los carteles, interrumpirlos y hacer lo mejor que podamos para desmantelarlos», afirmó Morgan cuando se le preguntó si Estados Unidos está considerando designar a los carteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas.
Trump quiere reiniciar la guerra contra las drogas y desde México
Morgan hizo sus comentarios en respuesta a la pregunta de un periodista sobre las propuestas para la designación de terrorista, que han ganado popularidad tras la masacre de tres mujeres y seis niños de doble nacionalidad estadounidense-mexicana.
Se estima que más de 200 mil personas, han sido asesinadas en México o han desaparecidas desde que el gobierno del país, encabezado por el ex presidente mexicano Felipe Calderón, declaró la guerra al crimen organizado en diciembre de 2006.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, agradeció a los norteamericanos por su disposición a ayudar al país y prometió que se haría justicia y que se castigaría a los autores de los crímenes e informó que se estarían tomando medidas para detener la actividad de los carteles en la zona.
México comenzó su ofensiva contra los carteles de la droga, pero algunos argumentan que esto ha llevado a una violencia aún mayor, ya que los grupos objetivo comenzaron a luchar entre ellos con mayor intensidad.
Dos carteles han estado envueltos en una disputa territorial durante años, luchando por el control de las rutas utilizadas para mover la cocaína y otras drogas a los Estados Unidos, con el cartel de Juárez queriendo expulsar a su rival, el cártel de Sinaloa, de su territorio.
