Los niños venezolanos fueron acusados de hurto y ajusticiados
El asesinato de dos niños acusados de un presunto robo, en una tienda en Colombia, evocó recuerdos de algunos de los días más oscuros del conflicto armado en el país. Y del ajusticiamiento de los paramilitares en un país sumido en una guerra silenciosa a voces.
La pareja de niños de origen venezolano, tenía 12 y 18 años. Ambos, presuntamente intentaban robar una tienda de ropa en Tibú, un pequeño pueblo cerca de la frontera con Venezuela.
Los niños fueron detenidos por transeúntes que les pegaron las manos con cinta adhesiva y secuestrados por el hampa común o los paramilitares y desaparecieron.
Según testigos citados por medios locales y por según imágenes de CCTV. Se mostraron que poco después del arresto, dos hombres armados con pistolas llegaron en motocicletas y se apoderaron de los niños.
La pareja, se cree que son ciudadanos venezolanos. Y horas más tarde, sus cuerpos fueron encontrados al borde de la carretera, en las afueras de la ciudad, con agujeros de bala en la cabeza. Según los informes, el más joven fue dejado sosteniendo un letrero escrito a mano con la palabra «ladrón».
Los niños fueron secuestrados a la fuerza y asesinados por los antisociales
El fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, pidió a su homólogo colombiano que determine quién fue el responsable de los asesinatos. Hasta el momento, no hubo respuesta de la cancillería, o la fiscalía colombiana.
El incidente recordó a muchos colombianos, los días más álgidos del conflicto interno. Cuando los rebeldes guerrilleros y los paramilitares de derecha imponían sus propios códigos estrictos de comportamiento en las ciudades que controlaban.
Se pensaba que esos días habían terminado cuando el gobierno de Colombia firmó un acuerdo de paz hace cinco años con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC. Que, en teoría, puso fin formalmente a cinco décadas de guerra civil y que dio muerte a más de 260 mil personas y desplazado a millones.
Se suponía que ese acuerdo permitiría el desarrollo en áreas desatendidas como Tibú y la región circundante del Catatumbo. Lugar, donde los agricultores pobres a menudo cultivan coca ilegal, la materia prima de la cocaína.
Pero la situación es a menudo peor ahora que antes, con grupos paramilitares y narcotraficantes, luchando contra el ejército colombiano mientras imponen duras reglas a los civiles atrapados en el medio.
