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Venezuela Challenge de 10 años

Así ha sido la debacle del país sudamericano en una década

El “10 Years Challenge” o Reto de los 10 años, ha causado fuerte impacto en las redes sociales y se ha vuelto viral a través de internet, desde donde se ha dilatado con rápida velocidad, el desafío a creado particularmente un nicho de estudio a todo nivel y se ha tomado para analizar cómo ha influido los gobiernos de izquierda en Venezuela en la última década.

Originalmente el reto se trata de hacer comparativa fotográfica de cómo ha cambiado físicamente una persona en los últimos 10 años, con un comentario a fin de evidenciar cómo se ha evolucionado tanto física, personal, como profesionalmente, este tipo de desafíos está pensado por una empresa y se plantea recopilar información de forma específica.

Pero en el caso que nos atañe sólo se trata de plasmar de una manera muy concisa como se ha desarrollado la vida de los venezolanos desde los últimos años del gobierno del hoy extinto presidente Hugo Chávez y los años del gobierno de Nicolás Maduro y compararlo con la situación actual.

Según datos del Fondo Monetario Internacional, desde 2012 y hasta el pasado año, Venezuela ha perdido tan sólo el 37% de su producto interior bruto, por lo que ha pasado de tener un valor de casi 332 mil millones de dólares a tan sólo 211 mil millones, una de las principales razones de esta caída abrupta ha sido la depreciación del petróleo, la caída de su producción de 3 millones de barriles diarios a tan sólo 1,2 millones, lo que ha hecho estragos en un país del que su economía es fuertemente dependiente.

Pero eso es sólo con respecto a los ingresos gubernamentales, ya que a ello hay que aunarle la pérdida de su fuerza de trabajo, pues en los últimos años de Venezuela, se han marchado alrededor de 3 millones de ciudadanos, y aunque no llegue a ser ni el 1% de una población de 31 millones de personas, se trata de mano de obra especializada, lo que ha dejado a miles de empresas en crisis.

Venezuela.
Son tiempos difíciles para un país que alguna vez fue el más desarrollado y de más alto estándar de vida en toda Latinoamérica.

No sólo la paz hace falta en Venezuela

La situación no sólo se queda en crisis económica, pues a falta de quien produzca y quien consuma, se ha desarrollado una espiral de falta de alimentos, lo que ha inducido una hiperinflación que jamás se ha visto en el continente.

Porque más allá de la incertidumbre política provocada por la bicefalia en su ejecutivo, ocupado en la actualidad por Nicolás Maduro y también por el opositor al gobierno Juan Guaidó, el descontento general ha dado al traste con algún plan de desarrollo que logre palear las sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos contra el país petrolero.

Distintas organizaciones, como el grupo NetBlocks.org o el think tank conservador The Freedom House, denuncian que la libertad de los usuarios de Internet se ha visto restringida en los últimos meses en Venezuela, el primero de ellos informó recientemente de que algunas redes sociales fueron bloqueadas durante la autoproclamación de Guaidó a finales de enero e incluso el acceso a Internet fue imposibilitado durante intervalos de tiempo.

En un país que durante mucho tiempo fue la punta de lanza en Latinoamérica en tecnología de telecomunicaciones, acceso a internet y velocidad de conexión a través de su red celular y primera en tener fibra óptica, el panorama se presenta oscuro en la actualidad.

La penetración a Internet se ha mantenido prácticamente constante en los últimos años, siendo esta del 60% en 2017, solo cinco puntos superiores a 2013, según la unión internacional de telecomunicaciones, llama fuertemente la atención que el número de suscripciones a teléfonos en 2017 fuera de 25 millones, cinco millones inferior al de 2013, momento en el que era de 31 millones.

Los dos datos contradicen la tendencia internacional de un uso cada vez mayor de Internet y de los dispositivos móviles, además, a principios de 2017 Venezuela ocupaba posición 144 en términos de velocidad de descarga, con solo 1,9 megabits por segundo diez veces menos que el estándar mundial.

Fuente
CFRNYTimes

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