Medios para la subsistencia en Venezuela
El trueque o la moneda extranjera de uso común para lograr obtener lo básico
Mientras la inflación se dispara, los venezolanos han tenido que encontrar nuevas formas para pagar lo esencial, «aceptamos dólares y euros», indica con una sonrisa, la mujer sentada al lado de las filas de las obleas de yuca hecha a mano, especialidad de la ciudad, bolas de puro cacao cultivado cerca y juguetes tallados a mano, sus medios de subsistencia.
Venezuela tiene las reservas de petróleo más grande del mundo y fue uno de los países más ricos de América Latina, pero su economía ha sido devastada por años de inflación galopante y el apagón devastador que azotó al país la semana pasada, la ha empujado al borde del colapso.
Venezuela oficialmente entró hiperinflación a finales del 2016 y ahora ha sufrido uno de los procesos más largos por la velocidad de la deformación de su economía, en el mundo, según Steve Hanke, profesor de economía aplicada de la universidad Johns Hopkins y uno de los principales expertos del mundo sobre el fenómeno.
Hanke ha registrado 58 episodios históricos de hiperinflación alrededor del mundo y afirma que el de Venezuela es el cuarto más largo, aunque cuanto más cerca esté a la media el índice de precios se eleva, lo no significa que el final está a la vista.
El episodio más largo que Hanke habría registrado, sucedió en Nicaragua hace aproximadamente tres décadas y duró casi cinco años.
La imagen cliché de la hiperinflación es la de personas corriendo a las tiendas con dinero en efectivo en carretillas, pero en Venezuela, sin embargo, mientras se bloquea el valor del dinero, también lo hace la capacidad de conseguir el efectivo.
Los billetes de Bolívar son cada vez más escasos, probablemente porque efectivo en sí mismo es una de las muchas cosas que Venezuela está luchando por pagar, pues conseguir billetes desde el extranjero, significa fabricantes que esperan pagos a un ritmo mayor al de la propia devaluación.
Hay un par de cosas en Venezuela para lo que el efectivo es indispensable, tales como las tarifas de transporte y combustible y en sobre todo para adquirir bienes, servicio y alimentos en zonas remotas, pero para casi todo lo demás las personas han encontrado soluciones.
La subsistencia de la hiperinflación parece estar llegando al tope
Los venezolanos utilizan el trueque, dólares y, cuando se existe o están operativas las transferencias en línea, tarjetas de débito e incluso criptomonedas para adquirir lo que necesitan para sobrevivir, aunque pueden a veces pasar semanas sin tocar billetes en efectivo.
Cuando ocurrió el apagón, la mayoría de la gente en las zonas urbanas dependía de las transferencias en línea y las tarjetas de débito para realizar pagos, por lo que la caída de la banca por internet, dejó a todos en una posición peligrosamente vulnerables.
El jueves, funcionarios de Estados Unidos indicaron en rueda de prensa que Washington está considerando nuevas sanciones financieras que podrían prohibir el uso de las tarjetas Visa, Mastercard y otras instituciones financieras de procesamiento de transacciones hacia Venezuela.
Las restricciones fueron descritas como una forma de presión hacia Nicolás Maduro, pero si se producen, inevitablemente crearán más problemas para los ciudadanos.
El apagón devastador de la semana pasada, que todavía afecta a gran parte del país, sólo ha acelerado la progresiva dolarización no oficial en Venezuela.
Con cajeros automáticos y lectores de tarjetas inutilizados, muchos hoteles y tiendas ahora sólo aceptan dólares, en algún supermercado en el rico distrito de Chacao, los guardias de seguridad rechazan clientes que no traigan moneda norteamericana para pagar.
«Este gobierno habla del imperialismo americano y ahora tenemos que usar dólares,» comenta Celina Bareto, cuya hija estaba dentro de una tienda con los pocos billetes de un dólar que guardaba para la subsistencia.
Otros sin moneda norteamericana no tuvieron tanta suerte, «tengo unos dólares guardados en casa,» comentó Trina Cedeño, publicista para comprar comida para su marido y su niño, pero estaba guardado para emergencias, no para comprar víveres”.
Ahora muchos hacen hasta un 50% de sus ventas en dólares, aunque no es la moneda de curso legal, gran parte de las compras realizadas provienen de venezolanos en el extranjero que apoyan a sus familias, muchas de esas remesas son en efectivo.
La escala de aumentos de los precios es un problema incluso para los economistas que quieren estudiarlos, porque los sistemas de medición de la inflación en una economía normal dejan de trabajar cuando se disparan los costos, afirma Hanke.
Cuando las prioridades de gasto de las personas cambian hacia la comida y otras necesidades básicas para la subsistencia, los salarios pierden valor, por lo que la canasta básica de bienes utilizados para el cálculo de la inflación, hace que cosas como el esparcimiento o los servicios no sean relevantes.
Los economistas pasan convencionalmente varios días armando un índice de precios, pero en Venezuela estos son cambiados cada día y hasta varias veces el mismo día.
«En un ambiente normal, no importa si mides los precios del pan al principio, en el medio o a fin de mes, pero con un proceso de hiperinflación, tendrían que medirlos simultáneamente el mismo día» manifiesta Hanke, «lo que resulta casi imposible de hacerlo».
La mejor forma de medir el verdadero nivel de inflación es la tasa de cambio de divisas, ya que ahora es la base de la economía, incluso los precios en bolívares se basan en una evaluación de la tasa de cambio del mercado negro.
Hanke afirmado que: «la varilla de medición ya se ha cambiado al dólar», y la única salida para la subsistencia de Venezuela, ya sea bajo el gobierno de Nicolás Maduro o de Juan Guaidó, será que la barra de medición no oficial, se convierta en oficial” acotó el economista.
